El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió en la víspera que "habrá consecuencias" para los agentes de la policía montada que reprimieron a migrantes haitianos con sus caballos y riendas en la zona fronteriza con México. El titular de la Casa Blanca consideró "algo escandaloso" a lo ocurrido, en medio de fuertes críticas a su gestión de la política migratoria.
Tras varios días de polémica sobre el tema, Biden rompió el silencio y admitió a periodistas en la Casa Blanca que lo sucedido "es escandaloso". "Les prometo que esta gente pagará, habrá una investigación, habrá consecuencias", afirmó, al responder a preguntas de la prensa tras un discurso sobre la vacunación contra el coronavirus.
En una instantánea difundida el domingo en los medios, un guardia fronterizo a caballo agarra a un hombre por el cuello de su remera en el lado estadounidense del Río Grande, la frontera natural entre Estados Unidos y México, cerca de la localidad de Del Río, en el sureño estado de Texas. En otra imagen, un agente montado mantiene a raya a un grupo de migrantes con largas riendas de cuero, en una postura amenazante, para obligarlos a retroceder.
Estas fotografías, que dieron la vuelta al mundo y desataron una condena generalizada de grupos de derechos humanos, causaron indignación en Estados Unidos. Algunos vieron a los migrantes tratados como si fueran ganado (al mejor "estilo" de las poblaciones negras en Sudáfrica, en épocas de la política de Apartheid), mientras que otros recordaron el maltrato sufrido por los afroestadounidenses a manos de la policía montada, guardias de prisiones o propietarios de esclavos.
Ante lo ocurrido, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, informó a los líderes de derechos civiles que los agentes fronterizos ya no usarán caballos para detener a los migrantes irregulares en la frontera. "Es una vergüenza", dijo Biden al respecto. "Es más que vergonzoso, es peligroso. Está mal. Envía el mensaje equivocado a todo el mundo, el mensaje equivocado en casa. Esto no es lo que somos", acotó.
Cuando una periodista le preguntó si asumía la responsabilidad por "el caos en la frontera", el mandatario demócrata respondió: "Por supuesto que asumo la responsabilidad, soy el presidente". "Fue horrible ver a la gente tratada de esa manera", completó.
Al asumir el cargo en enero, Biden se manifestó a favor de un planteamiento más humano en materia de inmigración que su predecesor, el republicano Donald Trump. Ocho meses después, su gobierno está bajo fuertes críticas por su gestión del flujo récord de cientos de miles de indocumentados que buscan ingresar a Estados Unidos desde México.
Biden es cuestionado a diario, especialmente por los republicanos y la cadena Fox News, que acusan a la Casa Blanca de perder el control de la frontera y renunciar a asegurar la seguridad estadounidense. En forma paralela, los propios demócratas lo acusan de incumplir sus promesas, al mantener la política de Trump de expulsar y deportar a México a todo aquel que representa "un riesgo alto de salud pública" durante la pandemia -a excepción de los menores no acompañados-, bajo el pretexto de querer evitar la propagación del coronavirus.