El Ministerio de Defensa de Afganistán aseguró que es "una mentira absoluta" que los talibanes controlen actualmente el 90% del territorio del país, tal como asegura el movimiento insurgente. "Es propaganda sin fundamento", afirmó Fawad Aman, vocero de la cartera, un día después de que los insurgentes asegurasen que la casi totalidad de las fronteras con Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán e Irán están bajo su control, algo que no pudo ser verificado de forma independiente.
El vocero de Defensa insistió en que las fuerzas gubernamentales controlaban las fronteras del país y todas "las principales ciudades y rutas". A su vez, Tayikistán aseguró que estaba en condiciones de recibir a 100.000 refugiados de Afganistán.
El gobierno de esta república ex soviética de Asia Central está trabajando con organizaciones internacionales para prepararse ante la llegada de los afganos, aseguró el vice responsable del Comité de Emergencias, Emomali Ibrojimzoda, en conferencia de prensa. El país dispone de campos de entrenamiento militar donde puede recibir y albergar a "unos 100.000 refugiados", aseguró. Tayikistán está aprovisionándose en tiendas, camas y material para recibir a esos refugiados, indicó Ibrojimzoda.
A principios de semana, los talibanes declararon que controlan más del 90% de los puntos fronterizos de Afganistán, lo que fue desmentido por el gobierno este viernes. Tayikistán tiene una frontera de 1.300 kilómetros con Afganistán y los talibanes ya se apoderaron de los puntos fronterizos con ese país en junio.
Desde hace unos meses, cuando el presidente estadounidense Joe Biden confirmó que las tropas de su país se retirarían como había prometido su antecesor, Donald Trump, después de veinte años de presencia, los talibanes mantienen una ofensiva para ganar el control de la mayor cantidad de territorio posible, para llegar a la era post Estados Unidos mejor posicionados y con un mayor margen de negociación con el gobierno afgano.
Desde entonces, los rebeldes islamistas se apoderaron de vastos territorios rurales, así como de numerosos puestos fronterizos clave, y rodean a grandes ciudades.
Tayikistán en alerta máxima
Sin el crucial apoyo estadounidense, las fuerzas afganas apenas oponen una escasa resistencia y tan solo controlan las principales capitales provinciales. "Aproximadamente el 90% de las fronteras de Afganistán con Tayikistán, Uzbekistán, Turkmenistán e Irán están bajo nuestro control", aseguró el representante talibán Zabiulla Mudjakhed a la agencia de noticias estatal rusa Ria Novosti.
Desde hace unos meses, cuando Biden confirmó el retiro de las tropas de su país, los talibanes mantienen una ofensiva para ganar el control de la mayor cantidad de territorio posible, para llegar a la era pos Estados Unidos mejor posicionados y con un mayor margen de negociación con el gobierno afgano.
El grupo armado ya dice controlar la mayoría del país, principalmente las zonas rurales y semiurbanas y las fronteras. Pese a que el gobierno afgano reconoció fuertes combates, sostiene que aún controla las fronteras y rechazó que los milicianos ya operen libremente en 85% del territorio nacional, como ellos sostienen. Sin embargo, el vecino Tayikistán movilizó a todo su Ejército en un ejercicio militar sin precedentes para "comprobar su capacidad de combate".
"La situación en Afganistán es imprevisible, se complica día a día", afirmó el presidente Emomali Rahmon tras presenciar el ejercicio del que participaron unos 230.000 militares. Estados Unidos, por su parte, se mantiene firme en su promesa de retirarse militarmente del país, dos décadas después de haber gestado la invasión que siguió a los atentados de Al Qaeda contra Nueva York y Washington.
Gracias a dicha invasión, Estados Unidos consiguió derrocar al entonces gobierno talibán, pero no pudo derrotarlos militarmente, ya que siempre se mantuvieron como una importante fuerza de oposición y resistencia interna. Ahora, el debate más fuerte en la Casa Blanca es sobre la necesidad de dar visas a todos aquellos que colaboraron directamente con su misión militar en Afganistán y que, por lo tanto, podrían ser objetivos de potenciales ataques talibanes en el futuro.