Cientos de miles de personas salieron a las calles para rechazar la reforma que eleva la edad jubilatoria en Francia impulsada por el presidente Emmanuel Macron.
Una multitud salió a las calles para rechazar la reforma que eleva la edad jubilatoria impulsada por el presidente Emmanuel Macron. Advierten por un posible paro general si el Ejecutivo "no escucha el rechazo popular"
Cientos de miles de personas salieron a las calles para rechazar la reforma que eleva la edad jubilatoria en Francia impulsada por el presidente Emmanuel Macron.
En esta nueva jornada de protestas masivas encabezadas por los sindicatos que amenazaron con "paralizar" el país en marzo si el Ejecutivo "no escucha el rechazo popular" a la medida.
El líder de la central FO, Frédéric Souillot, aseguró que "si pese a todo el gobierno y los legisladores siguen sin escuchar el rechazo popular, la intersindical llamará a paralizar todos los sectores en Francia el próximo 7 de marzo".
En el aeropuerto capitalino de Orly, los controladores aéreos iniciaron una inesperada huelga que obligó a anular la mitad de los vuelos entre países de la Unión Europea. Ante esto, la Dirección General de la Aviación Civil pidió "a las compañías aéreas que reduzcan su programa de vuelos en un 50% por toda la jornada".
El Parlamento ya empezó a debatir el cuestionado proyecto de ley, que contempla el retraso progresivo de la edad de jubilación de 62 a 64 años de acá a 2030 y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años -y no 42 como ahora- para cobrar una pensión completa.
Una mayoría de franceses se oponen a la reforma, con la que el gobierno busca acercar la edad de jubilación a la de sus vecinos en Europa y evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones.
En este contexto, todo apunta a un endurecimiento de las protestas a partir del 6 de marzo, cuando terminan las vacaciones escolares de invierno en Francia. El sindicato CGT ya habló de una huelga prorrogable a partir del 7 de marzo, jornada de paro general.
Ayer, Macron pidió a los sindicatos "responsabilidad" para no bloquear el país y deseó que el debate se haga en el Parlamento, al estimar que "es así como la democracia debe funcionar".
La tensión es máxima también en la Asamblea Nacional (Cámara baja) entre la oposición de izquierda Nupes y la alianza de Macron, que carece de mayoría absoluta y espera el apoyo de la oposición de derecha Los Republicanos (LR) a su reforma en curso de examen.
En ese contexto, el excandidato presidencial de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, reclamó hoy durante las manifestaciones que Macron sea "razonable" y no "autoritario" ante el rechazo a su reforma jubilatoria
Pero el Gobierno, decidido a sacar adelante la reforma pese al rechazo popular, usó un procedimiento parlamentario que limita el tiempo de debate en la Asamblea y en el Senado.
Después de que la pandemia obligara a retirar un primer intento, el Ejecutivo escogió una maniobra que le permite aplicar el actual plan si las dos Cámaras del Parlamento no se pronuncian para el 26 de marzo.
Los sindicatos temen que la adopción de la medida genere una "desesperanza social" que beneficie en las urnas a la extrema derecha. La líder de esa ideología, Marine Le Pen, opuesta a la reforma, ya disputó el balotaje a Macron en 2017 y 2022.