Polonia reprochó este jueves a Kiev la falta de cooperación en la investigación que confirmó que el misil que mató a dos ciudadanos polacos el año pasado era de origen ucraniano, en medio de la tensión entre ambos países por las exportaciones de cereales y la entrega de armas. "Era un cohete de fabricación soviética, pero pertenecía al Ejército ucraniano. La investigación de los fiscales polacos indica categóricamente que este misil era ucraniano", declaró el ministro de Justicia, Zbigniew Ziobro, sobre el proyectil que cayó en noviembre del año pasado en la ciudad de Przewodow, a unos siete kilómetros de Ucrania.
En conferencia de prensa desde la provincia de Lublin, donde se ubica Przewodow, el también fiscal general remarcó que las autoridades de Polonia habían cooperado en todo momento con sus homólogas ucranianas en asuntos importantes, como en la "documentación de los crímenes rusos" durante la invasión.
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"Sin embargo, ha observado con tristeza que no existe una actitud similar por parte de Ucrania en este asunto", lamentó y denunció que "esto ha estado sucediendo durante meses", replicó la agencia de noticias Europa Press.
Según Ziobro, la decisión de escasa colaboración fue tomada desde un escalafón político superior del Estado ucraniano, lo que podría ser otra razón de fricción entre ambos países, tras el veto polaco a la importación de cereales ucranianos.
El año pasado, un día después de la caída del misil, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, informó que, según el análisis preliminar de la alianza, "lo más probable" era que el incidente fuera "causado por un misil de defensa antiaérea ucraniana".
Si bien Ucrania negó que el incidente fuera causado por un misil suyo, aseguró que sus fuerzas habían interceptado un proyectil ruso cerca de la frontera con Polonia.
La crítica de las autoridades polacas a la falta de cooperación ucraniana se da también en medio de la tensión por cierta reticencia de Varsovia a suministrar más armamento a Ucrania para la guerra con Rusia, más allá del ya comprometido.
La semana pasada, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, declaró que Varsovia ya no transferiría "armas a Ucrania" porque estaban "armando a Polonia con armas más modernas".
Tras ello, el presidente polaco, Andrzej Duda, debió aclarar que su país cumpliría los acuerdos de suministro de armas y aseguró que las declaraciones de Morawiecki sobre un posible cese de esos envíos en medio de una reciente disputa por las exportaciones de cereales habían sido "malinterpretadas".
Este nuevo foco de conflicto se sumó a las declaraciones del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, durante la reciente Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde denunció que algunos de sus aliados en Europa estaban actuando de acuerdo con sus fines políticos a la hora de suspender las exportaciones de cereales ucranianos hacia sus países, en clara alusión a Polonia, aunque sin mencionarla explícitamente.
Estas declaraciones se dieron después de que países como Polonia, Eslovaquia y Hungría advirtieran que vetarían hasta fin de año el ingreso de cereales ucranianos, bloqueados de salir por el mar Negro debido a la invasión rusa, para proteger sus propios agricultores.
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