Olvidada por los argentinos y gran parte del continente, la República Cooperativa de Guyana se posiciona en la escena global como el país con el mayor potencial económico.
El país del norte de Sudamérica tiene 11 mil millones de barriles de petróleo recuperable e ingresa en la discusión global.
Olvidada por los argentinos y gran parte del continente, la República Cooperativa de Guyana se posiciona en la escena global como el país con el mayor potencial económico.
Su historia de colonia británica y las diferencias étnicas con el resto del continente (el 50% son inmigrantes indios que arribaron como mano de obra barata) dejaron de lado la nación fronteriza a Venezuela, Brasil y Surinam.
Con un salto del 184%, entre 2019 y 2023 su PBI pasó de 5.170 millones de dólares a 14.700 millones de dólares. Según estimaciones del el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la CEPAL, en 2024 tendrá el mayor crecimiento económico del mundo.
Sin ánimos de reducir la gestión de los guayaneses, el simple motivo que catapultó a este país de 815.000 habitantes y ubicado en el puesto 107 del Índice de Desarrollo Humano en 2021 fue el descubrimiento de nuevos pozos petroleros en el Atlántico.
En 2015, la empresa ExxolMobil inició el hallazgo y al día de hoy, con un parcial proceso de nacionalización de por medio, la producción alcanzó los 640.000 barriles diarios con un total de 11.000 millones de barriles explotables.
Las minas del oro negro cambiarán la historia de una nación escondida a la vista de todos, la cual deberá surfear su tumultuosa política interna y la tentación de los petrodólares, una experiencia que uno de sus vecinos ya dejó en evidencia.
No exento de nuevos desafíos y significando sólo una parte del proceso, Guyana creó en Nueva York su propio fondo soberano de inversión que le permitirá evitar “errores” y la depredación de su propia economía ante la llegada masiva de dólares.
Mohamed Irfaan Ali, presidente de Guyana, protagonizó la semana un particular cruce con el periodista Stephen Sackur de la BBC por el debate del impacto ambiental de la extracción de petróleo.
“En la próxima década o dos se espera que habrá $150.000 millones de dólares en petróleo y gas extraídos en sus costas”, indicó Sackur al comienzo de su enunciado y continuó: “Es una cifra extraordinaria, pero piense en ello en términos prácticos. Eso significa, según muchos expertos, que más de 2.000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono vendrán de su lecho marino, de esas reservas, y serán liberadas en la atmósfera”.
Irfaan Ali interrumpió de forma intempestiva y redobló la apuesta: “Déjeme que le detenga ahí. ¿Sabe usted que Guyana tiene un bosque que es del tamaño de Inglaterra y Escocia juntas? Un bosque que absorbe 19,5 gigatones de dióxido de carbono. Un bosque que nosotros mantuvimos vivo”.
El mandatario guyanés haría referencia al Bosque de Iwokrama, el cual posee unos 3.710 kilómetros cuadrados de extensión. Es de los cuatro últimos bosques tropicales prístinos del mundo. Además, el país cuenta con aproximadamente 8.000 especies de plantas y se conocen 1.168 especies de vertebrados en el país.
Tras ser consultado nuevamente por los “derechos” para emitir las cantidades indicadas de dióxido de carbono, Irfaan Ali retrucó: ¿Les da derecho eso a darnos lecciones sobre cambio climático? La lección se la voy a dar yo a usted en cambio climático porque nosotros mantuvimos vivo este bosque que absorbe 19,5 gigatones de dióxido de carbono que ustedes disfrutan, que el mundo disfruta, por el que ustedes no nos pagan ni valoran que la gente de Guyana haya mantenido vivo”.
“Tenemos los niveles de deforestación más bajos del mundo. Incluso con nuestra mayor exploración de petróleo y gas, seguiremos en 0 emisiones netas de dióxido de carbono”, aseguró el presidente sudamericano.
El desafío por no dejar pasar el tren, en medio de acusaciones del medio de comunicación estatal del Reino Unido, Guyana debe enfrentar las ofensas reiteradas de Venezuela.
Ofensas que ya han pasado a la acción y en reclamos directos del presidente Nicolás Maduro para anexar el territorio de Guayana Esequiba. Se trata de una región clave al oeste del río Esequiba y que comprende la mayor parte del pequeño país sudamericano.
Dejando atrás el Laudo Arbitral de París de 1899 y el Acuerdo de Ginebra de 1966, Maduro promulgó durante una ceremonia en la Asamblea Nacional la Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba.
Se trata del paso a la acción tras el poco transparente referéndum consultivo del pasado 3 de diciembre.
Yendo a acusaciones concretas, el sucesor de Hugo Chávez aseguró que el Comando Sur de Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) instalaron "bases militares secretas" para "preparar agresiones" contra la ciudad venezolana de Tumeremo, a unos 80 kilómetros de la Guyana Esequiba, en el sur y el oriente de Venezuela.
En consecuencia, Brasil deberá nuevamente regir como mediador del conflicto. El asesor especial de Lula da Silva, Celso Amorim, declaró “reforzará el diálogo ante el deseo de que ninguno de los dos países haga nada que pueda derivar en un conflicto”, un hecho que sería inédito para la historia moderna del subcontinente.
La situación llegó a los a los secretarios generales de la ONU y la OEA, Antonio Guterres y Luis Almagro, quienes enviaron un comunicado en conjunto con los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), repudiando la ley venezolana y advirtiendo que la eventual anexión se trata de una “flagrante violación”.
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