La reina, que murió el 8 de septiembre a los 96 años después de 70 años en el trono y que este lunes recibió sepultura después de celebrarse un gran funeral de estado, tuvo un amor de toda la vida por los corgis.
El cortejo fúnebre de la monarca partió poco después del mediodía hacia el castillo de Windsor, donde será enterrada junto a su marido, fallecido el año pasado a los 99 años. Allí, también recibió el sentido homenaje de sus mascotas favoritas.
La reina, que murió el 8 de septiembre a los 96 años después de 70 años en el trono y que este lunes recibió sepultura después de celebrarse un gran funeral de estado, tuvo un amor de toda la vida por los corgis.
Isabel II tuvo a lo largo de su reinado más de 30 perros tipo corgi galés, una raza a la que tenía especial devoción. Sin ir más lejos, durante el confinamiento por la COVID-19 le hicieron mucha compañía a la monarca, según ha revelado su estilista, Angela Kelly
Este lunes, dos de los perros corgis de la reina Isabel, así como su caballo favorito, Emma, fueron vistos mientras la procesión fúnebre pasaba por el Castillo de Windsor.
La pasión de la reina por los corgis se remonta a su infancia, cuando se enamoró de Dookie, el perro de su padre, el rey Jorge VI. En 1944, cuando cumplió 18 años, le regalaron una cachorra de corgi galés de Pembroke llamada Susan. Tal era su apego a Susan que, según los informes, la llevó a su luna de miel en 1947. Susan murió en enero de 1959.
Los corgis que tenía ahora vivirán con el duque y la duquesa de York, Andrés y Sarah, dijo una fuente cercana al duque de York la semana pasada.
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