Un terremoto de magnitud 7,0 sacudió a las 12:56 a.m. del jueves (hora local) las islas Kermadec, un archipiélago situado en el norte de Nueva Zelanda, al que las autoridades respondieron emitiendo una alerta de riesgo de tsunami.
El sistema de alertas de tsunami del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos emitió una advertencia sobre el potencial riesgo para las "costas localizadas a hasta 300 kilómetros del epicentro del terremoto" y pronostica olas "inferiores a 0,3 metros por encima del nivel de la marea".
Un terremoto de magnitud 7,0 sacudió a las 12:56 a.m. del jueves (hora local) las islas Kermadec, un archipiélago situado en el norte de Nueva Zelanda, al que las autoridades respondieron emitiendo una alerta de riesgo de tsunami.
El temblor ocurrió a 980 kilómetros de Ohonua, en Tonga, y 998 kilómetros de la capital de ese país insular, Nukualofa.
De acuerdo con los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que mide la actividad sísmica en todo el mundo, el movimiento telúrico se localizó a una profundidad marítima de 22 kilómetros.
Por su parte, el sistema de alertas de tsunami del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos emitió una advertencia sobre el potencial riesgo de tsunami para las "costas localizadas a hasta 300 kilómetros del epicentro del terremoto" y pronostica olas "inferiores a 0,3 metros por encima del nivel de la marea".
Las islas Kermadec, que están situadas entre Nueva Zelanda y Tonga, están despobladas, con excepción del personal de la base permanentemente instalada en la isla de Raoul, que cuenta con una estación meteorológica y de radio.
Nueva Zelanda se asienta en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra unos 14.000 terremotos cada año, de los que entre 100 y 150 tienen la suficiente potencia como para ser percibidos.