Israel comenzó a ofrecer una vacuna de refuerzo contra el coronavirus a las personas mayores de 40 años, a fin de detener la propagación de la contagiosa variante Delta.
El país busca de esta manera tratar de detener la propagación de la variante Delta del coronavirus.
Israel comenzó a ofrecer una vacuna de refuerzo contra el coronavirus a las personas mayores de 40 años, a fin de detener la propagación de la contagiosa variante Delta.
El Primer Ministro, Naftali Bennett, de 49 años, recibió su vacuna de refuerzo el viernes. Prometió compartir "todos los datos, toda la información, todo el análisis'' sobre la iniciativa.
"Al hacerse vacunar con una tercera dosis, podremos evitar un cuarto confinamiento. Vemos la gran efectividad de las vacunas, sin duda, y esta es la forma de acabar con el virus", dijo Bennett antes de ser vacunado en un hospital público en Kfar Saba (centro).
"Ahora estamos en el punto álgido de la batalla, podemos ganarla juntos. Está a nuestro alcance, pero aún no estamos ahí", agregó. El país registró en estos últimos días unos 8.000 nuevos casos diarios de contagios, un récord, desde enero.
Israel ha sido un país líder en el mundo en la lucha contra la pandemia, y el mes pasado se convirtió en el primer país en ofrecer la vacuna de refuerzo. Estados Unidos ha aprobado la dosis de refuerzo, aunque no ha comenzado a ofrecer, la tercera vacuna para gente de edad avanzada.
Unos 5,9 millones de los 9,3 millones de habitantes de Israel han recibido por lo menos una dosis de la vacuna. Más de 5,4 millones han recibido dos dosis, y 1,3 millones han recibido tres dosis.
Las autoridades israelíes reanudaron la actividad económica, pero los contagios aumentaron y eso llevó a nuevas restricciones sobre las concentraciones de personas. El viernes, la proporción de pruebas que dieron positivo al virus fue de 5,5%, según el gobierno.
El 13 de agosto, Israel había bajado la edad a los 50 años, a pesar del llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a no aplicar aún estas terceras dosis de refuerzo, con el fin de dejar más vacunas disponibles para los países pobres, donde la tasa de vacunación sigue siendo baja.
Bennett respondió que la administración de estas dosis en Israel --de nueve millones de habitantes-- no afectaría las reservas mundiales y permitiría probar la eficacia de una tercera dosis.