Miércoles 29.1.2020
/Última actualización 15:14
El plan de paz para Medio Oriente del presidente estadounidense, Donald Trump, recibió hoy apoyo en Israel, que parece dirigirse a un choque con la comunidad internacional ante la posibilidad de que se anexione, antes de que el plan se aplique, las colonias que durante 50 años ha construido en los territorios palestinos de Cisjordania.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció ayer junto a Trump que estudia avanzar en la polémica anexión de grandes extensiones de Cisjordania, incluyendo las colonias, envalentonado por una iniciativa estadounidense que cuadra completamente con su política nacionalista e ignora casi todos los reclamos palestinos.
El anuncio de Netanyahu y del plan de Trump llegaron justo en momentos en que la fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) espera la aprobación del tribunal de La Haya para lanzar una investigación por crímenes de guerra por la colonización israelí de Palestina, considerada ilegal por la mayoría de los países, incluida Argentina.
La confluencia de estos factores podría hacer que 2020 sea el año en el que comience a quedar un poco más claro el estatus de las colonias israelíes y la viabilidad de la más que complicada meta de los palestinos de crear su propio Estado junto a Israel, la fórmula para la resolución del conflicto que respalda el grueso de la comunidad internacional.
"La Historia toca a nuestra puerta", dijo hoy el ministro de Defensa israelí, Neftali Bennett, que apoya el movimiento de los colonos y urgió a Netanyahu a anexionar de inmediato todos los asentamientos y a rechazar un Estado palestino independiente.
"Ahora la campaña se traslada de la Casa Blanca al gabinete en Jerusalén. Tomen todo ahora", agregó, citado por la BBC.
Los palestinos quieren que Cisjordania sea el corazón de su futuro Estado soberano y ven a las colonias como un obstáculo. Aunque la comunidad internacional apoya esa visión y ha condenado las colonias, no ha aplicado ningún tipo de sanciones a Israel.
Esto empezó a cambiar cuando asumió Trump, en 2017. Rodeado de asesores muy vinculados al movimiento de los colonos, el republicano adoptó una postura más favorable a Israel y evitó las críticas a las colonias de sus predecesores.
El giro de la Casa Blanca resultó en un fuerte aumento de la aprobación de planes de expansión de los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén este, que Israel capturó en una guerra contra países árabes en 1967. Los palestinos quieren que Jerusalén este sea la capital de su Estado, pero Israel se la anexionó a partir de 1980.
"A lo largo de este año y ciertamente de los próximos dos, vamos a ver un abrupto incremento" en la población de los asentamientos, dijo Baruch Gordon, director de West Bank Jewish Population Stats, un grupo de colonos, citado por el diario israelí Haaretz.
En su informe anual, el grupo dijo que la población de colonos de Cisjordania creció el año pasado a 463.353 personas, a las que se suman unos 300.000 colonos más que viven en Jerusalén este.
El gran punto de inflexión para Israel llegó en noviembre pasado, cuando Estados Unidos declaró que ya no consideraba ilegales las colonias. La decisión parece haber jugado un rol en el anuncio de Netanyahu de que planea anexionarse el fértil Valle del Jordán, una zona estratégica de Cisjordania, y los más de 100 asentamientos judíos.
Pero una anexión probablemente desataría ásperas críticas de la comunidad internacional, además de muy probables protestas y violencia en Palestina y muchos países árabes y musulmanes, y abriría la puerta a acciones legales.
En Israel, un ministro dijo hoy que una votación en el gabinete para anexionarse partes de Cisjordania no tendrá lugar a principios de la semana próxima, pese a la promesa de ayer de Netanyahu de actuar rápidamente tras el anuncio del plan de paz de Trump.
El ministro de Turismo, Yariv Levin, dijo a la estatal Radio Israel que la votación técnicamente no era posible sin hacer primero algunos preparativos, incluyendo "elevar la propuesta al fiscal general y dejar que la considere".
El gobierno palestino rechazó el plan de Trump, que da a Israel todo lo que ha buscado en décadas de diplomacia, sobre todo el control de Jerusalén como su capital "indivisible" en vez de tener que compartirla con los palestinos.
Además de legalizar todas las colonias judías y el Valle del Jordán, tampoco reconoce el derecho al retorno de los millones de refugiados palestinos que abandonaron sus hogares en lo que hoy es Israel cuando se fundó el Estado judío, en 1948.
"Este acuerdo conspiratorio no será aceptado", dijo el presidente palestino, Mahmud Abbas.
El movimiento islamista Hamas, que gobierna los territorios palestinos de la Franja de Gaza, dijo que nunca aceptará que Jerusalén no sea capital de un futuro Estado.
Potencias mundiales y países árabes de Medio Oriente, como Rusia, Egipto y Arabia Saudita, respondieron con cautela, y dijeron que el plan de Trump merece ser estudiado aunque subrayaron que una solución perdurable solo puede resultar de negociaciones entre palestinos e israelíes.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sin embargo, calificó la iniciativa de "completamente inaceptable".
Con información de Télam.