Jair Bolsonaro ya no dice que quiere sacar a Brasil del Mercosur. En un discurso leído durante la cumbre de presidentes del bloque, realizada este año en formato virtual por las restricciones de la pandemia, dijo que los acuerdos que desde los años noventa unen a su país con Argentina, Paraguay y Uruguay son “el mejor vehículo” para la inserción internacional de Brasil. Bolsonaro no se salió del libreto ni polemizó con el argentino Alberto Fernández, con quien no se habla desde que este asumiese el poder el 10 de diciembre. Las pantallas ayudaron a mantener la distancia.
La reunión puso fin a la presidencia pro tempore de Paraguay, que pasó a manos de Uruguay. El presidente Luis Lacalle Pou prometió acelerar la ratificación del acuerdo firmado el año pasado entre Mercosur y la Unión Europea y promover negociaciones con terceros países, un punto en el que discrepa Argentina. Ya hay en marcha conversaciones con Corea del Sur, Singapur, Canadá y Líbano. Bolsonaro amplió la lista a “otras regiones de Asia” y a países de América Central. El presidente brasileño también dijo que cuenta con el apoyo de Paraguay para reducir el Arancel Externo Común que regula el ingreso de bienes desde terceros países. Ese es el punto que más irrita a Argentina, que pide una apertura cauta que proteja a las industrias locales.
Meses atrás, el gobierno de Alberto Fernández advirtió que se retiraba de las mesas de negociación de Mercosur porque no estaban dadas las condiciones para abrir el comercio del bloque. Puso como excusa las catástrofe económica derivada de la pandemia y las necesidades posteriores de reconstrucción. Luego dio marcha atrás y pidió mantener conversaciones “a dos velocidades”, para proteger a los países miembros del Mercosur más vulnerables. Este jueves, Fernández no nombró a Brasil, y mucho menos a Bolsonaro, pero dejó en claro que la intención de Argentina era integrarse al mundo bajo el paraguas de Mercosur. “De ese modo será mejor que si cada uno de nosotros busca su suerte individualmente”, dijo. Puso así el punto sobre el gran debate que atraviesa al bloque, con Bolsonaro como portavoz de aquellos que acusan al Mercosur de ser un lastre. Las reglas del bloque impiden que los socios negocien con terceros países sin acuerdo del resto.
Tenés que leerBolsonaro amenazó con suspender a Argentina en el Mercosur si Fernández ganaYa en la víspera, durante el encuentro de cancilleres, el argentino Felipe Solá adelantó que no estaba en la agenda de su país pelearse con Brasil. “La unidad pasa a ser un tema necesario en el Mercosur en este momento. Integrar no necesariamente es ver el mundo de la misma manera. Tenemos diferencias y gobiernos cambiantes, pero lo que queda es el Mercosur como política de Estado”, dijo. Si bien Fernández y Bolsonaro no hablan, las cancillerías de ambos países nunca cortaron el diálogo.
Bolsonaro recogió el guante: no nombró a Fernández, y usó su tiempo para defender a su Gobierno de lo que consideró ataques externos sin fundamento. “Nuestro Gobierno”, dijo, “dará seguimiento al diálogo con diferentes interlocutores para deshacer opiniones retorcidas sobre Brasil y exponer las acciones que hemos tomado para proteger la Amazonia y el bienestar de la población indígena”. El presidente de Brasil está preocupado por su imagen internacional. Los informes que ponen en evidencia niveles de deforestación récord y los estragos que la pandemia de la covid-19 ha producido entre las poblaciones indígenas amazónicas se le suma una administración caótica de la crisis sanitaria. En su discurso, Bolsonaro dijo ahora que pretende “conciliar la protección de la salud de las personas con el imperativo de recuperar la economía”. Y para ello buscará apoyo en el Mercosur, al que consideró “parte de las soluciones que estamos construyendo”.
La cumbre de presidentes ha sido sobre todo atípica. El formato virtual redujo las intervenciones a discursos leídos o más o menos improvisados, sin el picante de intercambios pasados. Además de Fernández, Bolsonaro y Lacalle Pou, hablaron el paraguayo Mario Abdo Benítez, quien ofició de anfitrión. Como invitados participaron el chileno Sebastián Piñera, el colombiano Iván Duque y la boliviana Jeanine Áñez.