La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, denunció este domingo (13.06.2021) -día en el que cumple tres meses en prisión preventiva- ser una "presa política" y afirmó que las causas en su contra no lograrán quebrantarla.
La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, denunció este domingo (13.06.2021) -día en el que cumple tres meses en prisión preventiva- ser una "presa política" y afirmó que las causas en su contra no lograrán quebrantarla.
"El MAS (el gobernante Movimiento al Socialismo) ha decidido que el trofeo de la venganza siga detenida en una cárcel, y aquí estoy, cumpliendo años y 90 días como presa política", señaló la exmandataria en un manuscrito que fue publicado en sus redes sociales, administradas por su familia. El texto de Áñez, de unas dos carillas, expresa situaciones íntimas como el alejamiento de su familia, así como el momento en que asumió la presidencia del país, durante la crisis política y social de fines de 2019.
"No van a quebrantar mi espíritu, aunque sigan inventando delitos para tapar los suyos", agregó en la misiva la exmandataria, que en reiteradas oportunidades denunció que su salud se ha deteriorado en prisión.
La expresidenta está acusada de delitos de sedición, terrorismo y conspiración, con base en la denuncia de una exdiputada oficialista del MAS. Junto a Áñez fueron encarcelados dos de sus ministros. A esas denuncias se han sumado otras por actos inconstitucionales durante su mandato.
El Gobierno boliviano investiga la recepción de armas, munición de guerra y gases lacrimógenos bajo el mandato Áñez procedentes de Ecuador y si se usaron en los conflictos sociales de 2019.
A fines de 2019, Bolivia vivió una etapa de convulsión social, después de que la oposición denunciara que el entonces presidente, Evo Morales, cometió fraude electoral para asegurarse un cuarto mandato. Los conflictos derivaron en la renuncia de Morales, tras 14 años en el poder, y su posterior exilio a México.
La Administración del presidente izquierdista Luis Arce, delfín político de Morales, maneja el discurso de que en 2019 hubo un "golpe de Estado", mientras que la oposición señala que se produjo una "rebelión popular" contra los planes de Morales de pretender gobernar hasta 2025.