El presidente de Indonesia, Joko Widodo, advirtió hoy sobre las crecientes rivalidades entre las principales potencias del mundo, en el cierre de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que se celebró en Yakarta con la presencia de altas autoridades de China, Estados Unidos y Rusia.
El evento puso alrededor de la misma mesa a China y Estados Unidos un día después de que el primer ministro del gigante asiático, Li Qiang, sostuviera que las grandes potencias deben manejar sus diferencias para evitar "una nueva Guerra Fría".
La cita reunió a dirigentes de 18 naciones, incluyendo a los de la Asean y a Li, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y el canciller de Rusia, Serguei Lavrov.
Las interacciones entre las delegaciones de Estados Unidos y China fueron seguidas de cerca ante el riesgo de un recrudecimiento de la tensión sobre Taiwán, los vínculos con Rusia y la rivalidad por ganar influencia en el Pacífico, en vísperas de la cumbre del G20 que se celebrará en India este fin de semana.
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"Cada líder tiene la misma responsabilidad de no crear conflictos, no provocar nuevas tensiones y, al mismo tiempo reducir los puntos de fricción", afirmó Widodo.
"Puedo garantizar que si no somos capaces de gestionar nuestras diferencias, seremos destruidos", alertó.
Harris denunció "la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia", los desafíos a la seguridad en el mar de China Meridional y la amenaza de los misiles norcoreanos, indicó a la prensa Daniel Kritenbrink, subsecretario de Estado para el este de Asia.
Pero la declaración conjunta de la cumbre omitió cualquier mención al mar Meridional de China, reivindicado en gran parte por China, o a la guerra en Ucrania.
Se suprimió un párrafo que hacía referencia a esta zona marítima en disputa, afirmó una fuente diplomática, según la agencia de noticias AFP.
"China se negó, por eso también no hay ningún párrafo sobre Ucrania, porque Rusia se opuso", indicó el informante bajo condición de anonimato.
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Esta cumbre constituyó la primera ocasión de encuentro entre dirigentes estadounidenses y rusos en casi dos meses, tras una tensa reunión de la Asean en julio, en la que Lavrov recibió reprimendas de sus pares occidentales por la invasión a Ucrania.
Lavrov habló de los riesgos de "militarización del este de Asia" y acusó a la OTAN de "penetrar" en la región, según un comunicado de la cancillería rusa. Tachó también de "conflictiva" la alianza militar Aukus, entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido.
En la cumbre también participaron, junto a los responsables de los países de la Asean, India, Japón, Corea del Sur, Canadá y Australia.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, dijo que cualquier intento unilateral de cambiar el estatus en el Mar de China Meridional era "inaceptable" y pidió un "orden marítimo basado en reglas" para gestionar esta ruta clave de transporte.
Al margen de la cita, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, se reunió con Qiang, y confirmó que visitará Beijing este año.
Más allá de reunir a todos estos dirigentes, los expertos no esperan que la cumbre ayude demasiado a dirimir el amplio abanico de disputas regionales y globales.
Las grandes potencias usaron las charlas previas en Yakarta para trazar alianzas y ejercer presión en el bloque de diez países de la Asean: Myanmar, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.
El encuentro estuvo dominado por la crisis en Myanmar, donde los líderes pidieron a la Junta militar que detuviera los ataques contra civiles.
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