Un hombre con doble nacionalidad sueca y rusa, acusado de espiar para Rusia, comenzó a ser juzgado este lunes ante un tribunal de Suecia, casi un año después de haber sido arrestado junto a su esposa.
Serguei Skvorsov, de 60 años y con doble nacionalidad, se encuentra acusado de espiar a Estados Unidos y Suecia.
Un hombre con doble nacionalidad sueca y rusa, acusado de espiar para Rusia, comenzó a ser juzgado este lunes ante un tribunal de Suecia, casi un año después de haber sido arrestado junto a su esposa.
Serguei Skvortsov, ciudadano sueco y ruso de 60 años, comenzó su comparecencia ante un tribunal de Estocolmo, la capital sueca, tras ser acusado de transmitir información y productos tecnológicos occidentales durante una década a la inteligencia militar rusa, el GRU.
Skvortsov debe responder a las acusaciones de "actividades de inteligencia ilegales" contra Estados Unidos y Suecia, tras una investigación de la policía sueca con ayuda del FBI estadounidense, informó la agencia de noticias AFP.
El acusado, instalado en Suecia con su mujer, Elena Koulkova, en los años 90, habría recurrido a sociedades de importación-exportación de componentes electrónicos que dirigía para sus supuestas actividades de espionaje.
Sus empresas sirvieron de plataforma para "el servicio de inteligencia militar ruso GRU y parte del sistema del Estado ruso", declaró al tribunal el fiscal Henrik Olin.
Según la Fiscalía, Skvortsov espió a Estados Unidos desde el 1 de enero de 2013 hasta su arresto en noviembre de 2022, y a Suecia desde el 1 de julio de 2014, y enfrenta hasta cuatro años de prisión.
"No es culpable de ninguno de los cargos presentados por el fiscal", dijo a los jueces su abogada, Ulrika Borg.
El juicio debería durar hasta el 25 de septiembre, pero parte se desarrollará a puerta cerrada por motivos de seguridad nacional.
El 22 de noviembre de 2022 por la mañana, Skvortsov y su esposa fueron arrestados en su casa, ubicada en el barrio de Nacka, en el oeste de Estocolmo. La operación policial fue digna de una película: el FBI envió refuerzos a la Policía sueca para la detención, de la que también participaron dos helicópteros Black Hawk y grupos de élite que irrumpieron en la vivienda.
Koulkova fue liberada poco tiempo después, pero Skvortsov no y continúa defendiendo su inocencia, a pesar de que confesó que su padre había trabajado para la KGB en la protección de figuras políticas, según consta en el pliego de la acusación al que accedió el medio francés Le Monde.
En el texto, Skvortsov sostiene que su padre era el guardaespaldas de Nikolai Tikhonov, presidente del Consejo de Ministros de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas entre 1980 y 1985.
En esa misma época, el joven Skvorstov estudiaba en el Instituto de Ingeniería Eléctrica de Moscú, y desde 1991 es director de su propia compañía, según consta en su perfil de la red LinkedIn.
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