El rey emérito de España Juan Carlos I volverá a territorio español este fin de semana, según avanzó 'Onda Cero'. De esta manera, el padre del actual monarca regresará a España después de casi tres años de instalarse en los Emiratos Árabes luego de los escándalos sobre sus presuntos negocios irregulares en el extranjero.
"Este próximo fin de semana el rey Juan Carlos estará en Sanxenxo (…) don Juan Carlos, de acuerdo con su hijo, decidió que su residencia será Abu Dabi, pero con el propósito de regresar a España cuantas veces lo desee y por las razones que sean", dijo el periodista Fernando Ónega en el programa Más de uno.
También subrayó que no hay ninguna sentencia ni otro tipo de decisión judicial que condene al rey emérito a vivir fuera de España.
La posibilidad del regreso, aunque no de forma permanente, se había venido manejando en círculos políticos desde que el pasado 2 de marzo la Fiscalía del Tribunal Supremo archivase las investigaciones abiertas sobre sus posibles actividades delictivas.
Las investigaciones se llevaban a cabo por el presunto cobro de comisiones ilegales por la adjudicación de obras ferroviarias en Arabia Saudí, el supuesto uso de tarjetas opacas al fisco a cargo de un empresario mexicano y la posible ocultación de patrimonio en la isla de Jersey.
Sin embargo, Juan Carlos I evitó el banquillo de los acusados porque los hechos susceptibles de ser considerados delitos ya prescribieron o sucedieron antes de su abdicación en el año 2014, por lo que no pueden ser perseguidos, ya que la Constitución establece la inviolabilidad legal del jefe del Estado.
Asimismo, el exjefe del Estado se adelantó a una posible acusación por delitos fiscales al regularizar de forma voluntaria su patrimonio oculto en 2020 y 2021, utilizando un mecanismo por el cual, si un sujeto admite haber cometido fraude, se le libra de responsabilidades penales.
Tras el cierre de las investigaciones, Juan Carlos I comunicó el 7 de marzo que seguirá residiendo en Abu Dabi, país al que se marchó en agosto de 2020 para marcar distancias con la Casa Real en un intento de que sus escándalos no salpiquen a la reputación de su hijo, el rey Felipe VI.