El Poder Judicial de Perú admitió este jueves una demanda de hábeas corpus presentada por un ciudadano en favor del presidente Pedro Castillo para detener el proceso de pedido de destitución de su cargo que promueve un grupo de legisladores opositores, aunque el oficialismo también lo puso en debate y comprometió aún más su delicada situación.
"Se resuelve admitir a trámite la demanda de hábeas corpus promovida por el ciudadano Geovanny Niler López Pintado a favor del señor presidente Pedro Castillo, por presunta vulneración a la libertad", indica la resolución emitida por el décimo juzgado especializado en lo constitucional de la Corte Superior de Justicia.
El hábeas corpus es una garantía constitucional que procede ante un hecho, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales conexos a este. Este recurso puede ser presentado por cualquier ciudadano en beneficio de un tercero. Según la resolución, López Pintado "solicita la tutela jurisdiccional efectiva" a favor del mandatario y sostiene que el pedido de destitución no puede prosperar por representar un "perjuicio" contra el pueblo peruano.
El 25 de noviembre, 28 congresistas de las bancadas derechistas y opositoras de Avanza País, Renovación Popular y Fuerza Popular presentaron un pedido de destitución ante el Congreso de Perú (unicameral), apelando a la causal constitucional de "incapacidad moral", lo que se conoce como un intento de "golpe blando" que ya sufriera su antecesor Martín Vizcarra (2018-2020), quien tuvo que dejar el cargo con más del 60% de aprobación ciudadana.
El documento de la moción indica que Castillo ocupa la presidencia a beneficio propio o de amigos por el cargo que ocupa y que, por tanto, estaría moralmente incapacitado para ejercer la máxima jefatura del país. La presentación de este pedido sería un primer paso para una eventual destitución, ya que se requieren los votos a favor de 52 congresistas para admitirlo a debate en el pleno, y luego 87 para aprobarlo y que se haga efectiva su salida.
Castillo sumó un problema inesperado, y acaso el revés más contundente, después de que el oficialismo no se pusiera firme para desbaratar la intentona de tumbarlo por parte de la oposición y a cambio decidiera estudiar el caso.