El Litoral
El gobierno lo consideró "un desafío para el pueblo ruso y para el presidente, Vladimir Putin".
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Un día después del ataque en el subterráneo de San Petersburgo que causó 14 muertos, el Kremlin reconoció la posibilidad de que "el atentado terrorista" fuera obra de un atacante suicida, aunque no hizo pública su identidad, y consideró que representa "un desafío para el pueblo ruso y para el presidente, Vladimir Putin".
Durante una conferencia de prensa con medios locales, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, evaluó que "cada acto terrorista que ocurre en el país es un desafío para cada ruso, incluido el jefe del Estado", y admitió que el hecho de que haya sucedido cuando el mandatario estaba en esa ciudad "da que pensar".
Peskov subrayó que, sea como sea, las autoridades rusas seguirán reforzando la lucha contra el terrorismo en todas sus manifestaciones y recordó la "muy firme postura" del jefe del Kremlin en esa lucha.
"Todos saben que, lamentablemente, ningún país en el mundo es inmune al terrorismo. Pero eso no significa en absoluto que alguien vaya a debilitar la lucha contra ese monstruoso mal", dijo.
"Rusia, al igual que otros países, se encuentra en la primera línea de la lucha contra el terrorismo internacional", dijo, y agregó que "ningún país en el mundo ha podido hasta ahora en solitario derrotar al terrorismo".
Peskov, al mismo tiempo, no descartó solicitar la cooperación de otros países para esclarecer el atentado.
En tanto, la Comisión Investigadora de Rusia (CIR) reconoció que el atentado ocurrido en San Petersburgo pudo ser obra de un atacante suicida.
"El artefacto explosivo pudo ser activado por un hombre, cuyos restos se encontraron en el tercer vagón del tren. Su identidad ha sido establecida", dijo Svetlana Petrenko, portavoz de la CIR, a medios locales.
La funcionaria aseguró que, en interés de que la investigación llegue a buen puerto, se mantendrá en secreto la identidad del supuesto terrorista suicida, informó la agencia de noticias EFE.
"En estos momentos los investigadores continúan los interrogatorios y las labores de inspección, incluido de las grabaciones de las cámaras de seguridad", agregó.
Ayer, una bomba, presumiblemente confeccionada con un kilo de explosivos, estalló en la estación Sennaya Ploschadel del subte de la ciudad de San Petersburgo, la segunda más grande de Rusia y antigua capital imperial.
La cantidad de víctimas del ataque, que no fue reivindicado por ningún grupo armado, ascendió hoy a 14 muertos, mientras que los heridos son medio centenar, según informó el Ministerio de Salud ruso.
Tras la explosión, las fuerzas de seguridad hallaron una segunda bomba en una estación cercana.
Por estas horas, la policía rusa sigue la pista de que el atacante podría ser un joven proveniente de la ex república soviética de Kirguistán, algo que aún no fue confirmado.
Peskov ratificó hoy esta línea de investigación, al asegurar que sigue barajándose la posibilidad de que el atentado fuera cometido por un terrorista suicida, como ocurriera en los perpetrados en 2010 en el metro de Moscú, donde murieron 34 personas.
Los servicios secretos de Kirguistán informaron hoy de que todo apunta a que un ciudadano oriundo de esa república centroasiática podría ser el autor del atentado.
El sospechoso ha sido identificado como Akbarzhon Dzhalilov, nacido en Kirguistán en 1995, pero recibió posteriormente la ciudadanía rusa, aunque Rusia aún no ratificó que ese haya sido el atacante.
Precisamente, este asunto fue abordado hoy en Moscú por el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y su colega kirguís, Erlan Abdildaev, quien condenó firmemente el atentado terrorista.
Con todo, Abdildaev consideró prematuro asegurar que el atacante era miembro del Estado Islámico, a lo que Lavrov añadió que es "cínico" calificar el atentado de "venganza" por la intervención rusa en Siria.
"El terrorismo es un crimen contra toda la humanidad y contra todas las religiones", dijo el canciller ruso, quien llamó a aunar fuerzas contra el terrorismo internacional y dejar de utilizar a grupos terroristas para lograr réditos políticos.
En prevención de nuevos atentados, las autoridades han reforzado las medidas de seguridad en toda la ciudad, al igual que en la capital del país, sea en los nudos de transporte o en edificios públicos, como en plazas, escuelas o guarderías.
En el marco de este operativo, se dispuso nuevamente el cierre de la estación de subte Sennaya Ploschad, en cuyo túnel se produjo el lunes el atentado.
"A las 11.21 hora local se cerraron los accesos a Sennaya Ploschad para inspeccionar la estación tras un aviso anónimo de bomba", informó la fuente a medios locales.
Por ese motivo, los trenes pasan de largo por dicha estación, una de las más concurridas del metro de la antigua capital zarista, mientras que frente a la estación se han concentrado numerosos coches de bomberos, servicios de emergencia y equipos de artificieros, según consignaron medios locales.