Lejos de rendirse, tanto Ucrania como Rusia quieren conquistar sus objetivos
Moscú disimula lo que algunos acusan como faltante de armamento militar y Kiev no claudica en su actitud, mientras apuesta a recuperar más territorio bajo control enemigo, reforzando la presencia militar en el frente.
Los soldados ucranianos heridos son evacuados en un autobús convertido, operado por médicos voluntarios desde la línea del frente oriental cerca de Bakhmut. Crédito: Violeta Santos Moura / Reuters
La clave de la invasión militar rusa en Ucrania no está en un solo lugar. O dos. No todo pasa por Kherson o Bakhmut. Si bien es cierto que allí se disputan enclaves logísticos de gran interés para ambos bandos, que los bombardeos son incesantes y que incluso son áreas cerradas para la prensa, lo propio ocurre en torno a mil kilómetros de frontera terrestre entre los países en conflicto bélico.
Orikhiv, en Zaporiyia; Izium en Kharkiv y Kupiansk en el mismo oblast (región demarcada administrativamente), son algunas localidades que El Litoral visitó dentro de la denominada zona gris. Allí donde el bando local todavía administra la zona, pero a poca distancia los rusos intentan quitar esa dominación y avanzar hacia el corazón del país. Son localidades más o menos pequeñas, en el este y sur de Ucrania, que no saben lo que es el silencio. Continuamente se escuchan detonaciones de piezas de artillería locales que disparan o cohetes rusos que llegan hasta las inmediaciones.
Allí, por una parte puede verse cómo un puñado de ucranianos no abandonan sus hogares. Porque aseguran que no tienen por qué irse; porque alguien debe cuidar las casas abandonadas, las mascotas y ayudar al resto que se queda. También porque están a disposición de los militares que puedan necesitar algo estando en la primera línea. De esa rápida manera, se representa la voluntad en el pueblo ucraniano, más fuerte que nunca.
En cuanto a lo militar, el movimiento de vehículos de combate en condiciones de ser utilizados tienen un solo sentido: hacia el frente. Mientras que aquellos con evidentes daños son transportados hacia retaguardia. Así El Litoral logró ver blindados YPR-765 (el conocido M113 en Argentina, aunque mejorado y fabricado en países bajos) y tanques tipo T-72 con blindaje reactivo ERA, con dirección a la primera línea. También se observaron vehículos hummers carreteando en el mismo sentido y otros, con la carrocería afectada, siendo transportados hacia el centro.
A la vez, en el personal militar se observa una gran actitud de aquellos que tienen poca o nula instrucción y que son movilizados de forma voluntaria o no. Esa predisposición contrarresta, justamente, la falta de profesionalismo de gran parte de las filas ucranianas, que son preparadas por voluntarios extranjeros (con experiencia en tropas de élite) o por los propios oficiales de carrera de su país. En este sentido, vale destacar que todos los ejercicios militares que presenció este medio representaban situaciones ofensivas. Es decir, los ucranianos se preparan para atacar. Es lógico, considerando que una posición defensiva ante un enemigo tan grande sería un suicidio. Pero sorprende habiendo pasado ya un año de incesantes ataques, y cuando se habla de una fuerte contraofensiva rusa para los próximos tiempos. También es importante resaltar que, tanto en la legión internacional (voluntarios de todas partes del mundo) como en las filas ucranianas, la cantidad de personal aceptado o convocado es cada vez mayor.
Trincheras
En lo que respecta a la situación rusa, muchos pronosticaron para esta época un faltante importante en sus reservas militares y una afectación de impacto en el apoyo popular a la guerra. Lo cierto es que las semanas que El Litoral viajó por el frente centro, este y sur de Ucrania, permanentemente vio el impacto diario del fuego ruso. Más cerca del la línea cero, de sus morteros y más lejos, de sus misiles. Incluso, este medio llegó en plena oleada de misiles que alcanzaron hasta la alejada ciudad de Lviv, en la frontera con Polonia. Es la ciudad que sirvió de base periodística durante el 2022, cuando parecía que quedaría alejada de los alcances de la guerra. Un año después, Rusia demuestra capacidad e intención de poner en vilo a toda Ucrania.
Simulación desde las trincheras en centro de entrenamiento ucraniano. Crédito: El Litoral
En lo que tiene que ver con la popularidad de la guerra, mientras los ucranianos y sus países limítrofes no escatiman insultos hacia el pueblo ruso, éste acepta en un porcentaje aproximado al 80% la determinación del Kremlin. Ese apoyo se mantiene también en otros sectores que podrían desprenderse un poco más fácil, como los que se ubican en Bielorrusia. Sin embargo, parte del temor ucraniano radica en la posibilidad de un ingreso de tropas a través de esa frontera norte.
Mientras Putin busca "erradicar el nazismo" del país invadido, y Zelensky recuperar "hasta Crimea" en cuanto al territorio tomado por Rusia, la guerra parece no tener fin y el convencimiento en uno y otro lado es muy elevado. La clave parece estar en el discurso y la propaganda, fenómeno a analizar en otro artículo.
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