Era el secreto mejor guardado hasta que una ministra belga, en el calor de un debate parlamentario, publicó un tuit que lo destapaba todo. No le sirvió borrarlo media hora después, al darse cuenta de la indiscreción. La captura de imagen del tuit ya corría como la pólvora, era material sensible.
La secretaria de estado de presupuestos de Bélgica, Eva De Bleeker, listó los precios de las vacunas adquiridas por la Unión Europea, provocando la protesta de las farmacéuticas y el embarazo de la Comisión Europea, que ha ejercido de negociador con los fabricantes.
La de Moderna cuesta 14,88 euros por dosis, y la de Pfizer, 12 euros; la más barata es la de AstraZeneca, 1,78 euros
Los datos dan para analizar, especialmente al ver la gran diferencia de precios que hay entre los distintos tipos de vacuna, que van de 1,78 euros por dosis a 14,68. Las más caras son las dos que están más avanzadas. La de Moderna, la norteamericana, que se espera que reciba el aval de la Agencia Europea del Medicamento el 6 de enero, cuesta 14,68 euros por dosis, seguida por la de Pfizer/BioNTech, ya autorizada y con la que la Unión Europea empezó a vacunar este domingo, con un precio de 12 euros por dosis. En los dos casos, se requieren dos dosis para completar el efecto de estas vacunas.
En el otro extremo, la más barata es la de Oxford/AstraZeneca, por la que la UE pagará 1,78 euros, y en zona intermedia se sitúan la de Johnson & Johnson (6,93 euros), Sanofi /GSK (7,56 euros) y Curevac (10 euros). Una diferencia de precios que puede argumentarse en parte por la diferente tecnología utilizada, más moderna en el caso de Pfizer y Moderna; pero que se explica por razones de estrategia comercial, y de las fórmulas que busca cada fabricante para rentabilizar su preciado material.
Tenés que leerBolsonaro sostuvo que son los laboratorios los que deben apurarse a "vender" vacunas y no su gestión“Quería ser transparente, tal vez un poco demasiado transparente”, se disculpó la secretaria de estado belga de presupuestos. De Bleeker publicó los precios la semana pasada durante un largo debate parlamentario en el cual la oposición le recriminaba la falta de medios empleados por su administración para la compra de vacunas. Quiso justificarse y divulgó información reservada. Se le escapó el tuit que provocó la queja de las farmacéuticas. “Los precios estaban protegidos por una cláusula de confidencialidad prevista en el contrato firmado con la Comisión Europea”, dijo una portavoz de Pfizer Benelux. Extremo que han confirmado repetidamente desde el Ejecutivo comunitario, donde siempre se han negado a facilitar estos precios, aún bajo el riesgo de ser acusados de poco transparentes. “Es una exigencia contractual”, dijo el portavoz de la Comisión Europa, Eric Mamer, añadiendo que era una previsión que las farmacéuticas habían incluido con todos los contratos, no solo con los de la Unión Europea. “Todo lo que se refiere a informaciones como el precio de las vacunas está cubierto por la confidencialidad, es una obligación muy importante”, dijo el portavoz de Sanidad del Ejecutivo comunitario, Stefan De Keersmaecker.
La tesis de la CE, que ha actuado como negociadora con las empresas en nombre de los 27 estados miembros, que son los compradores finales, es que esta confidencialidad no solo va en interés de las farmacéuticas, sino también de los ciudadanos europeos. “Si esta información se hiciera pública, debilitaría la posición negociadora de la CE”, añadió el portavoz.
Así como en otros terrenos, especialmente en lo que se refiere al cierre de fronteras, los países europeos han actuado cada uno por su cuenta durante esta crisis, en la compra de vacunas, la estrategia ha sido la de una operación conjunta. El proceso se ha canalizado a través de la Comisión Europea para conseguir se supone que mejores condiciones y también un reparto proporcional y con el mismo calendario para todos los países. Con este mandato, la comisión compró un amplio paquete de vacunas a distintos fabricantes para asegurarse de disponer de las primeras vacunas que hubiera en el mercado. Lo ha conseguido. Si hay un retraso en la vacunación con respecto al Reino Unido y Estados Unidos, no tiene relación con la compra o acceso a los medicamentos, sino con su autorización comercial por el regulador europeo, que ha necesitado más tiempo para dar su aval.