El Litoral
Antes de la salida del sol, miles de centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos comenzaron a caminar nuevamente en el suroeste de México desde la localidad de Huixtla.
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Su siguiente escala, Mapastepec, unos 64 kilómetros más al norte en el estado de Chiapas, está todavía a miles de kilómetros de la frontera de Estados Unidos y los migrantes ya empiezan a sentir los estragos de la travesía, que algunos comenzaron el 13 de octubre en Honduras.
"Hasta ahorita, cansadones. Creo que podemos seguir igual, así como venimos", afirmó a dpa, sin embargo, Miguel Antonio, uno de los migrantes de la avanzada de la caravana, que esperaba al resto del grupo en una caseta migratoria en la carretera.
Los migrantes, unos 4.500 según las autoridades mexicanas y 7.500 según los organizadores, todavía no saben exactamente cuál será su destino final.
Hasta Tijuana, la ruta más usada por las caravanas de este tipo, hay todavía unos 3.840 kilómetros. En caso de tomar hacia el noreste, que es más corto pero más peligroso, serían unos 1.950 kilómetros hasta Nuevo Laredo.
La caravana salió inicialmente de la ciudad hondureña de San Pedro Sula. Luego de hacer casi 700 kilómetros hasta la frontera entre México y Guatemala, los hondureños entraron a territorio mexicano de manera irregular a través del río Suchiate entre viernes y sábado y se les sumaron guatemaltecos y salvadoreños.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya advirtió que no les permitirá el ingreso y las autoridades mexicanas les han hecho llamamientos a regularizar su situación migratoria en México, solicitando refugio, algo que sólo aceptaron unos 2.000 de la caravana original.
Con información de dpa