Rumania y Moldavia informaron oficialmente la aparición de objetos voladores en sus espacios aéreos, en un nuevo episodio de avistamientos de este tipo de elementos, pero en una latitud completamente distinta.
Cerraron su espacio aéreo y la presidenta moldava denunció una intromisión de agentes externos desde Transnistria.
Rumania y Moldavia informaron oficialmente la aparición de objetos voladores en sus espacios aéreos, en un nuevo episodio de avistamientos de este tipo de elementos, pero en una latitud completamente distinta.
Según los registros rumanos, se trataría de naves con estructura similar a la del llamado “globo espía” chino, las cuáles podrían tener elementos de análisis meteorológico.
El Ministerio de Defensa de Rumania detalló que dos aviones bajo el mando de la OTAN sobrevolaron la zona sureste de su país en busca de un objeto aéreo que descrito como pequeño y con “características similares a las de un globo meteorológico”. Había sido detectado inicialmente por sistemas de radar en el espacio aéreo rumano a una altitud aproximada de 11.000 metros.
Por el lado de la República de Moldavia, que a diferencia de su vecino no pertenece a la OTAN ni la Unión Europea, se cerró el espacio aéreo ya que se encontraban incapacitados de identificar con exactitud el objeto detectado por sus radares y mucho menos enfrentarlo.
Con tan sólo 33.851 km² y 2.597.100 habitantes según el censo 2021, Moldavia es uno de los países más pobres de Europa. Su PBI sólo supera en el continente a San Marino, Andorra, Montenegro, Islandia, Malta y Macedonia del Norte.
Su presidenta Maia Sandu solicitó “poderes especiales a las fuerzas de seguridad” de su Nación y resaltó el temor al volver a denunciar la “intromisión de agentes externos”.
De momento, no establecieron relaciones con los objetos derribados en Estados Unidos, los avistamientos en Latinoamérica, las denuncias desde China por espionaje ni el uso de drones iraníes por parte de Rusia.
Ambas naciones de Europa oriental son vecinas de Ucrania compartiendo frontera hacia el suroeste, convirtiéndose en un terreno clave para un posible avance de la invasión rusa desde occidente.
La situación más sensible la atraviesa Moldavia. A lo largo de casi toda su frontera con territorio ucraniano, se encuentra Transnistria, un estado autónomo que desde 1990 lucha por su independencia y posee el apoyo de Moscú.
Ante la invasión a Ucrania, los moldavos sugirieron que analizaban pedir su ingreso a la OTAN y a la Unión Europea, algo que no se oficializó y fue ignorado en parte ya que acomplejaba aún más las relaciones con el Kremlin.
En Ucrania residen unos 260.000 moldavos, pero a su vez hay 500.000 refugiados de guerra ucranianos en Moldavia. El 6,5% de los moldavos son originarios de Ucrania. En Rusia residen 156.00 moldavos y el 4% de los moldavos son de origen ruso.
En las últimas semanas el temor escaló por la irrupción rusa en su espacio aéreo y las especulaciones en torno a los avistamientos de este martes, que podrían inclinarse a la posibilidad del uso de los llamados drones iraníes.
Lo que sí es cierto es que Moldavia atraviesa una crisis política interna tras la renuncia de su primera ministra, Natalia Gavrilita, y parte del Gabinete, lo que ubica al país en una posición de equilibrio de prioridades entre la restructuración del gobierno, la defensa ante un posible ataque y el deseo de recuperar el control total sobre Transnistria.