Dos mujeres rusas que estaban en cuarentena por temor a que estuvieran infectadas con el nuevo coronavirus, escaparon de sus habitaciones de hospitales en Samara y San Petersburgo por las pésimas condiciones en las que las mantenían. Una escapó con su hijo por la ventana, la otra logró generar un cortocircuito en el candado electrónico de la puerta de su habitación.
Ya habían surgido críticas a las habitaciones de aislamiento y a la incertidumbre acerca de los protocolos requeridos para la cuarentena en hospitales rusos, donde el gobierno envió a cientos de personas que habían estado recientemente en China para contener la propagación del virus, aunque solo hay dos casos confirmados de COVID-19 en todo el país. El patógeno 2019-nCoV ya infectó a más de 900 personas fuera de China.
Ambas mujeres habían sido puestas en cuarentena luego de volver de la ciudad china de Hainan, una región tropical popular entre los turistas rusos. En Samara, una mujer fue internada luego de que ella y su hijo fueran diagnosticados con una infección respiratoria, que se temía podía ser un caso de COVID-19.
Según su relato en Instagram, luego de varios días encerrados sin noticias acerca del diagnóstico y al ver que el personal médico parecía no estar cumpliendo los protocolos de la cuarentena, empezó a perder la paciencia. " Vino una enfermera sin vestimenta especial, sin barbijo ni guantes.
Un otorrinolaringólogo examinó a mi hijo y luego tiró su traje protector en el suelo y se fue sin ponerlo en uno de los tachos especiales", contó la mujer.
Con miedo de que su hijo contrajera una infección en el hospital y ante la noticia de que su esposa estaba embarazada, el marido de esta mujer pidió que los dejaran volver a casa, a lo que el médico respondió que tendrían que quedarse durante catorce días aunque el test diera negativo.
En ese momento, la mujer consideró que el escape era absolutamente necesario. "Mi hijo estaba histérico", escribió. " No había para nosotros otra opción que no fuera irnos del hospital sin autorización por la ventana". La policía la interrogó en su hogar pero hasta el momento no hay cargos en su contra. La mujer dice que actualmente toda la familia está saludable.
La otra escapatoria, en cambio, podría tener un final menos feliz.
Desde San Petersburgo, Alla Ilyina contó, también en Instagram, que los médicos del servicio de emergencias la llevaron al hospital con dolor de garganta para descartar la presencia de la nueva cepa de coronavirus. Le prometieron que al día siguiente se iría. Sin embargo, y aunque el resultado del test había dado negativo, le dijeron que debía permanecer en cuarentena durante catorce días.
Sin libros, shampoo ni acceso a internet, Ilyina estaba frustrada. La puerta de su habitación estaba trabada con un candado electrónico y solo podía ser abierta desde afuera. Pero finalmente consiguió generar un cortocircuito que le permitió escapar.
"Si estuviera enferma, no habrían parado de llamarme", dijo Ilyina al periódico local Fontanka. Sin embargo, otros medios han afirmado que el hospital reportó su escape a la policía y podría iniciarse una investigación.