El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este martes que "sólo Dios" lo va a sacar de la presidencia y que nunca lograrán llevarlo preso, durante un discurso ante miles de personas en San Pablo, en el cual volvió a levantar el fantasma de un fraude electoral para los comicios presidenciales del año que viene. "Les digo a los canallas que nunca seré preso", dijo Bolsonaro en la manifestación realizada en la víspera a su favor.
El presidente brasileño cargó duramente contra el juez de la corte Alexandre de Moraes, quien investiga acciones golpistas contra la democracia, de parte del movimiento bolsonarista, y contra el titular del Tribunal Superior Electoral, Luiz Barroso. En dicho contexto, el mandatario lanzó un discurso de neto corte golpista, al afirmar que no cumplirá las decisiones del juez de Moraes, que lo investiga a él y a sus aliados por promover acciones contra el Estado de Derecho.
"Debemos determinar que todos los presos políticos sean puestos en libertad. Alexandre de Moraes, este presidente no cumplirá más sus decisiones. La paciencia de nuestro pueblo se agotó", dijo Bolsonaro ante 145.000 seguidores, reunidos en la Avenida Paulista de la ciudad de San Pablo, de acuerdo a los cálculos de la policía militarizada.
Tal como pudo observar el analista Pablo Giuliano en relación a la referida marcha, "la avenida paulista bolsonarista, un viaje a la Guerra Fría, sin barbijo y en familia". "De pronto, ir a la avenida paulista de San Pablo se convirtió en un viaje a la Guerra Fría, con un discurso anticomunista; al Brasil del golpe militar de 1964, que pedía por Dios, Patria y Familia", añadió Giuliano
Contra la corte y el comunismo
"Se podían ver banderas de Israel abrazadas por los neopentecostales evangelistas, boinas del Ejército, pedidos en inglés para que los militares intervengan la corte, para lograr la ansiada 'libertad' contra el comunismo", manifestó Giuliano después. "Se podría decir que el 99% no usaba máscara (tapabocas) y quien la tenía, era estampada con la cara del presidente, famoso por su negacionismo hacia el barbijo para combatir el contagio de coronavirus, en el segundo país del mundo en muertes, después de Estados Unidos", acotó.
"A 199 años de la independencia declarada por el emperador Don Pedro I en el arroyo de Ipiranga, en la ciudad de San Pablo, convertida en la mayor de Sudamérica, los bolsonaristas no quieren hablar de historia ni de futuro, apenas del mito 'Jair Messias Bolsonaro' y de su lucha contra un fantasma llamado comunismo", siguió explicando Giuliano.
"En medio del ecosistema de la derecha, que con osadía y creatividad ha ganado las calles en Brasil desde la aparición de la Operación Lava Jato -en marzo de 2014-, también hay lugar para los 'monarquistas', que defienden la independencia pero rechazan la república declarada en 1889", completó el analista.
Por su parte, el oficial aviador Nelson Machado, veterano de la Fuerza Aérea, vestido con uniforme, frente al Museo de Arte de Sao Paulo, expresó: "Yo estoy acá porque soy un patriota. El Supremo Tribunal Federal quiere imponer en el país el comunismo".
Para esta manifestación bolsonarista, profesores de inglés partidarios del presidente fueron convocados por varios organizadores -entidades rurales y pastores evangelistas- para hacer discursos en inglés desde los tríos eléctricos, los escenarios móviles que son usados para el Carnaval.