Tres niños y tres adultos murieron este lunes (27.03.2023) en una matanza en un colegio privado cristiano de Nashville, Tennessee, un drama que ha reabierto el debate sobre los estragos de las armas de fuego en Estados Unidos.
Las autoridades de la localidad de Tennessee investigan las motivaciones que tuvo una persona transgénero de 28 años para matar a seis personas.
Tres niños y tres adultos murieron este lunes (27.03.2023) en una matanza en un colegio privado cristiano de Nashville, Tennessee, un drama que ha reabierto el debate sobre los estragos de las armas de fuego en Estados Unidos.
Según el jefe de la policía local, John Drake, la masacre ha sido cometida por Audrey Hale, una persona transgénero de 28 años, que fue abatida por las fuerzas de seguridad. La policía declaró al periódico local The Tennessean que se trata de un hombre trans.
Llevaba consigo "al menos dos rifles de asalto y una pistola", informó el portavoz de la policía local Don Aaron en rueda de prensa.
A media mañana el joven entró por una puerta secundaria al pequeño colegio, The Covenant School, del que se cree que fue alumno, según los elementos preliminares de la investigación.
Cruzó la planta baja y subió al primer piso efectuando numerosos disparos. Tres alumnos, de 8 a 9 años, y tres adultos, de 60 a 61 años, resultaron muertos, afirmó Aaron.
Los policías acudieron al lugar y tras escuchar disparos en el piso de arriba subieron "inmediatamente" y "mataron" al atacante que fue declarado muerto a las 10H27 (15H27 GMT), es decir un cuarto de hora después de la primera llamada de auxilio, precisó.
Durante el asalto, una de las profesoras de preescolar logró llamar a su hija. "Me dijo que estaba escondida en un armario, que había disparos por todas partes", declaró Avery Myrick a la televisión WSMV4, una filial local de NBC. Ella se sintió aliviada de que su madre siga viva, pero "siente dolor por todos aquellos" que perdieron a sus seres queridos en esta matanza.
Los canales de televisión locales mostraron las imágenes de ambulancias y padres que acudían a recoger a sus hijos, puestos a cubierto en una iglesia.
El presidente Joe Biden elogió a las fuerzas de seguridad por la rapidez con la que reaccionaron al crimen, que calificó de "repugnante".
La violencia armada "está desgarrando nuestras comunidades, desgarrando el alma de esta nación", comentó desde la Casa Blanca, y pidió nuevamente al Congreso que prohíba los rifles de asalto.
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