El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dispuso por decreto incrementar los controles de antecedentes para comprar armas de fuego. La medida busca frenar la violencia armada en el país, que en lo que va de 2023 ya registró 110 episodios.
La medida busca frenar la violencia armada en el país, que en lo que va de 2023 ya registró 110 episodios.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dispuso por decreto incrementar los controles de antecedentes para comprar armas de fuego. La medida busca frenar la violencia armada en el país, que en lo que va de 2023 ya registró 110 episodios.
“Cada pocos días en Estados Unidos, lamentamos un nuevo tiroteo; no podemos aceptar estos hechos como una realidad perdurable en la vida” del país, dijo el mandatario en un comunicado con el que la Casa Blanca informó la firma del decreto.
“En cambio, debemos insistir en que ya hemos tenido suficiente y que ya no permitiremos que los intereses de los fabricantes de armas prevalezcan sobre la seguridad de nuestros niños y de la Nación”, agregó.
Un funcionario dijo a los periodistas que el decreto también tiene como objetivo fomentar un mejor y más seguro almacenamiento de armas de fuego y garantizar que las agencias de seguridad aprovechen al máximo la ley de control de armas aprobada el año pasado.
Además, instó al Congreso a asumir la "responsabilidad" de hacer cumplir las leyes que restringen el uso de rifles semiautomáticos. Lo hizo en un discurso en Monterey Park, California, el lugar de celebración del Año Nuevo Lunar donde un hombre armado mató a 11 personas en enero en un salón de baile.
“Prohíban las armas de asalto, háganlo ahora, basta ya, hagan algo, hagan algo grande”, pidió al hablar en ese emblemático lugar, entre los aplausos de unos dos centenares de asistentes, según la agencia de noticias AFP.
Además de reunirse con los socorristas que trataron a las víctimas de los disparos, el líder de la Casa Blanca también convocó una reunión con las familias de los fallecidos y heridos.
“Estoy aquí en nombre del pueblo estadounidense para llorar con ustedes, orar con ustedes, para hacerles saber que son amados y que no están solos; estoy decidido a prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad", les dijo.
El Congreso aprobó en junio pasado el proyecto de ley sobre violencia armada más amplio en décadas, con el apoyo de legisladores tanto demócratas como del opositor Partido Republicano.
La Ley fue sancionada luego de varias matanzas en tiroteos en lugares públicos, incluyendo la de 10 personas en un supermercado de Buffalo, Nueva York, y la de 19 estudiantes y dos maestros en una escuela primaria de Uvalde, Texas.
“Se han perdido demasiadas vidas por la violencia armada”, dijo ayer la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, vocera de Biden.
“Pero él (Biden) cree que tenemos que hacer más; lo escucharán pedirle al Congreso que tome medidas y no se detenga… que debemos continuar”, anticipó.
Un funcionario que pidió no ser identificado dijo a medios estadounidenses que el decreto de Biden ordenará a su gabinete trabajar en un plan para estructurar mejor el gobierno a fin de apoyar a las comunidades que sufren violencia armada.
La norma solicita al secretario (ministro) de Justicia y fiscal general, Merrick Garland, que refuerce las reglas para los vendedores de armas con licencia federal para que sepan que deben realizar verificaciones de antecedentes como parte de su actividad autorizada.
También exige mejores reportes de datos balísticos para un centro de intercambio de información que permita a las fuerzas del orden público federales, estatales y locales relacionar casquillos con armas.
La Ley aprobada el año pasado, conocida como la Ley de Comunidades más Seguras, es vista por los defensores del control de armas como un buen comienzo, pero que no va lo suficientemente lejos.
Después de que se firmara la ley hubo otros 11 tiroteos masivos, según una base de datos de asesinatos masivos desde 2006 mantenida por el diario USA Today y la universidad Northeastern.