Se cumplen 11 años de una de las mayores tragedias marítimas de Italia: el crucero más grande construido en ese país, el Costa Concordia, encalló el 13 de enero de 2012 a metros de la costa toscana, provocando la muerte de 32 personas.
El crucero de lujo de 17 pisos, chocó contra unas rocas a metros de la costa toscana y se hundió.
Se cumplen 11 años de una de las mayores tragedias marítimas de Italia: el crucero más grande construido en ese país, el Costa Concordia, encalló el 13 de enero de 2012 a metros de la costa toscana, provocando la muerte de 32 personas.
La embarcación era gigantesca, de 17 pisos y 114.500 toneladas y con más de 4000 pasajeros a bordo.
La tragedia sucedió frente a la isla del Giglio, en la región italiana de la Toscana, en medio de las aguas heladas. Hubo 32 muertos. El buque había partido con 4.300 personas a bordo para un viaje de una semana por el Mar Mediterráneo, en el que visitará los puertos de Savona, Marsella, Palma, Barcelona, Cagliari y Palermo.
Al día siguiente del accidente, los equipos de salvamento hallaron los primeros cadáveres y la policía detuvo a Schettino, acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco.
Los restos del último desaparecido, un camarero indio que trabajaba en el barco, fueron encontrados en noviembre de 2014, casi tres años después.
El capitán, Francesco Schettino, quien cometió el error de minimizar el siniestro y continuar con la navegación normalmente, pasó a la historia por haberse escapado para ponerse a salvo mientras el barco desaparecía.
A poco de iniciada la travesía el barco impactó contra un arrecife a 800 metros del puerto. Ahí se produjo el primer error del capitán Francesco Schettino, que subestimó ese choque y ordenó que la navegación continuará.
Cuando quiso girar, en el sector norte del puerto, el buque se inclinó y quedó al descubierto una quebradura de 50 metros en su costado izquierdo, con una una enorme roca trabada en el casco.
En medio del caos que se originó en ese momento entre pasajeros y tripulantes al advertir que el barco se hundía, el capitán Schettino fue el primero en abandonar el barco. En el juicio que se le siguió posteriormente confesó que el susto que le generó la situación fue lo que hizo que decidiera escapar.
Ante la dramática situación, cientos de pasajeros no dudaron en saltar al agua tratando de salvar sus vidas. Otros esperaban las órdenes de los tripulantes para abordar los botes de rescate. Sin embargo, la huida del capitán demoró el operativo y esos 45 minutos de desconcierto fueron fatídicos: 32 personas perdieron la vida y 64 resultaron heridas.
La empresa Costa Cruceros separó al capitán de sus funciones. Tanto él como su primer oficial, Ciro Ambrosio, fueron arrestados y acusados de homicidio. El Tribunal Supremo de Italia lo encontró culpable y le imputó también haber escapado del buque. Recibió una condena a 16 años de prisión que está cumpliendo en la cárcel de Rebibbia, en Roma, donde lo consideran “un preso modelo” por su excelente conducta.
“Les pido perdón a todos por mi conducta. El peso de las 32 víctimas fatales estará por siempre en mi conciencia”, asumió Schettino en una entrevista durante el proceso judicial.
En medio del hundimiento, el jefe de la guardia costera, Gregorio de Falco, tuvo una discusión con el capitán cuando éste escapaba cobardemente: “Escucha, Schettino, tal vez te salvaste del mar, pero te voy a hacer pagar por esto. ¡Subí a bordo!”, le gritó. Como el capitán hacía caso omiso a su orden, de Falco gritó una frase que quedó en la historia: “Vada a bordo, cazzo” (“vuelve a bordo, carajo”).
“Mi exabrupto final fue un intento desesperado, la considero una especie de oración laica para que él retomara su función y no escapara de su responsabilidad”, dijo después de Falco, que fue destacado por su desempeño en las tareas de rescate.
El casco del crucero quedó hundido frente a la costa de la Isla del Giglio, a unos mil metros del lugar del choque. Recién en septiembre de 2014 se iniciaron los trabajos para rescatar los restos del buque, en una operación sin precedentes en la historia marina. Dos años después, la parte que sobrevivió de la colisión fue rescatada del fondo del Mediterráneo.