Países Bajos tiene un plan para evitar futuras inundaciones en Europa
Un equipo holandés propone construir dos largas y caras infraestructuras para 'cerrar' el Mar del Norte y proteger así a 25 millones de europeos. Uno iría de Noruega a Escocia y el otro, de Inglaterra a Francia.
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18:39
Dos imponentes diques a la holandesa para "cerrar" el Mar del Norte. Dos gigantescas estructuras -de 475 y 160 kilómetros de largo, respectivamente- para proteger a unos 25 millones de europeos de la subida del nivel del mar y de las inundaciones. Es la propuesta de los oceanógrafos Sjoerd Groeskamp y Joakim Kjellsson, que acaban de detallar en la revista científica American Journal of Meteorology.
"Se trata de una solución costosa, pero técnicamente posible", advierten al unísono los autores. "Aunque el diseño de un dique tan extremo debe servirnos principalmente como señal de alarma: una manera de revelar la inmensidad del problema que tenemos sobre nuestras cabezas". Sjoerd Groeskamp, que trabaja para el Royal Netherlands Institute of Sea Research, asegura haber puesto en el megaproyecto del Mar del Norte toda la experiencia acumulada durante el último siglo en los Países Bajos. Y en especial la construcción del dique Afsluitdijk (de 32 kilómetros de largo) y del gran dique de Oosterschelde, las dos superestructuras que permiten que casi una tercera parte de los holandeses vivan bajo el nivel del mar.
Un complejo sistema de diques, estaciones de bombeo, canales y barreras naturales ha permitido mantener "a flote" a los Países Bajos durante décadas. Las protecciones han servido para mantener a raya el Mar del Norte, pese al aumento de 21 centímetros del nivel del mar desde la era preindustrial. Los científicos advierten, sin embargo, que la subida podría ser de 30 a 60 centímetros a lo largo del siglo XXI, con la actual proyección de emisiones de CO2. "Las predicciones hablan de un aumento de 10 metros del nivel del mar en el año 2500, de acuerdo con los escenarios más agoreros", advierte el oceanógrafo Sjoerd Groeskamp. "Los superdiques son una manera de recordarnos que hay que actuar contra el cambio climático ahora. Si no hacemos nada, serán eventualmente la última solución".
"Si se llegan a construir, estaríamos seguramente ante la mayor obra de ingeniería del planeta", advierten los autores de la propuesta, que ponen también como referente el dique Saemangeum en Corea del Sur, que se extiende a lo largo de 45 kilómetros con una profundidad de 36 metros. Los autores recalcan cómo la escasa profundidad del Mar del Norte (127 metros de media entre Escocia y Noruega, y 100 metros entre Inglaterra y Francia) hacen más factible la idea. "Hoy por hoy, se están construyendo plataformas fijas en profundidades que exceden los 500 metros", advierten.
El dique más corto, de 160 kilómetros de largo, cerraría el Mar del Norte por el sur, entre las costas de Cornualles y Bretaña. Los autores sostienen que esta estructura podría incluso servir de "puente" para el tráfico rodado entre Inglaterra y Francia. Más complejo sería, sin duda, el dique norte, entre Escocia y Noruega, pasando por las islas Orcadas y las Shetland. De los 475 kilómetros, 331 serían en mar abierto. Antes de llegar a las costas de Noruega, el fondo marino alcanza además una profundidad máxima de 320 metros que complicaría aún más las obras.
Extrapolando el coste del superdique del Corea del Sur, Sjoerd Groeskamp y Joakim Kjellsson estiman que la construcción de los dos superdiques podría estar entre los 250.000 millones y los 500.000 millones de euros. Repartidos en 20 años, el coste rondaría en torno al 0,1% del PIB anual de los 14 países que se beneficiarían del proyecto. Entre ellos, Bélgica, Países Bajos, Alemania, Dinamarca o Francia, identificados por un reciente informe de la Agencia Ambiental Europea como en un alto riesgo por la subida del nivel del Mar del Norte.
Los autores reconocen, sin embargo, que los dos diques tendrían un gran impacto ecológico en la fauna marina, en la regulación de las mareas, en la pesca y en la navegación en el Mar del Norte, y estiman que harían falta hasta 100 estaciones de bombeo para bajar la salinidad de las aguas.
"La única alternativa es evitar el aumento del nivel del mar, poniendo en marcha medidas de mitigación del cambio climático y reduciendo inmediatamente las emisiones de dióxido carbono", concluyen los autores.