La presidenta de Perú, Dina Boluarte, pidió este martes "una tregua nacional" y llamó a "entablar mesas de diálogo" en un intento por apaciguar la grave crisis social que sacude a este país desde diciembre.
La presidenta llamó a "entablar mesas de diálogo" en un intento por apaciguar la grave crisis social que sacude a este país desde diciembre. Descartó una vez más su dimisión.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, pidió este martes "una tregua nacional" y llamó a "entablar mesas de diálogo" en un intento por apaciguar la grave crisis social que sacude a este país desde diciembre.
"Llamo a mi querida patria a una tregua nacional para poder entablar mesas de diálogo, para poder fijar la agenda por cada región y desarrollar nuestros pueblos. No me voy a cansar de llamarlos al diálogo, la paz y la unidad", dijo Boluarte en una conferencia con la prensa con medios extranjeros en el Palacio de Gobierno en Lima.
La mandataria reiteró varias veces su "perdón por los fallecidos" en estas protestas, al menos 46 directamente relacionados con las manifestaciones, las cuales se reanudaron el 4 de enero en el sur de Perú y que mantienen bloqueos en las principales rutas del país.
Además, descartó una vez más su dimisión. "Me iré cuando hayamos convocado a las elecciones generales. No tengo intención de quedarme en el poder", dijo, y agregó que el Congreso "sin duda alguna" va a confirmar en febrero el adelanto de las elecciones, previstas para abril de 2024.
"¿Mi renuncia resolvería la crisis y la violencia? ¿quién asumiría la presidencia de la República?", apuntó ante las preguntas de la prensa sobre su permanencia en el cargo.
Perú vive una ola de protestas desde el 7 de diciembre pasado, cuando el Congreso destituyó a Pedro Castillo, horas después de que anunciara el cierre del Legislativo y el establecimiento de un Gobierno de excepción con supresión de garantías constitucionales, tras varios intentos de los bloques opositores de removerlo de su cargo con mociones de censura.
Durante las protestas murieron 46 personas en enfrentamientos, nueve por accidentes de tránsito y hechos vinculados a bloqueos y un policía por hechos de violencia en el contexto del conflicto, informó la Defensoría del Pueblo en su último reporte. Además, se reportaron 912 personas heridas al 22 de enero.
"Tenemos que proteger la vida y la tranquilidad de los 33 millones de peruanos. Puno (sureste) no es el Perú, los que están generando la violencia. Creo que la prensa internacional debería comunicar que el gobierno no está generando la violencia", agregó Boluarte.
La crisis también refleja la inmensa brecha que existe entre la capital y las provincias pobres que respaldan al presidente Castillo, de origen indígena, y que veían en su elección una forma de revancha contra el poder de Lima.
Actualmente, casi un tercio del país, que tiene 25 regiones -entre las que se encuentran Callao, Lima y Cusco-, está bajo estado de emergencia hasta mediados de febrero, lo que autoriza a militares a intervenir junto a la Policía.