El Litoral
Mohammed Bin Salman asumió en junio de este año con el respaldo de su padre, el rey Salman de 81 años. El príncipe joven, a los 32 años ha acumulado un poder extraordinario en áreas claves del país productor de petróleo más rico del mundo: Arabia Saudita.
El Litoral
Mohammed Bin Salman asumió en junio de este año con el respaldo de su padre, el rey Salman de 81 años. El príncipe joven, a los 32 años ha acumulado un poder extraordinario en áreas claves del país productor de petróleo más rico del mundo: Arabia Saudita.
Los cambios
Pero parece que lo que más le preocupa es la creciente e inmanejable corrupción de príncipes y ministros de ese país. Por esta razón, creó un comité anticorrupción.
Otro de los objetivos que se hicieron muy notorios en estos meses son la modernización de la nación. El príncipe quiere reformas. Así pudimos verlo a partir del anuncio del ministro de Relaciones Exteriores de ese país, cuando informó que un decreto les permitirá a las mujeres manejar, y ahora también asistir a espectáculos deportivos desde el 2018. Y la lista no termina. Cines y espectáculos al estilo occidental llegarían muy pronto al país.
El joven mandatario está impulsando, además, un programa de desarrollo económico con el fin de desvincular a Arabia Saudita de su dependencia de los ingresos del petróleo.
Sus enemigos
En junio, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto acusaron a Qatar de crear inestabilidad en la región apoyando a grupos terroristas. Poco después se sumaron a la medida Yemen, Libia y las Islas Maldivas.
El bloqueo por aire, mar y tierra a Qatar fue seguido de una lista de exigencias con 13 puntos, que incluyen la interrupción de vínculos con "organizaciones terroristas", el alejamiento de Irán y el cierre de la cadena de TV Al Jazeera.
La razón principal de la acción contra Qatar, explican desde la BBC, es su relación con el gran rival de Arabia Saudita en la región, Irán. Qatar explota conjuntamente con Irán el mayor yacimiento de gas natural del mundo.
El conservadurismo es otro de sus dolores de cabeza. La familia del príncipe heredero (la dinastía real de Arabia Saudita), depende de los clérigos por su legitimidad para gobernar los dos lugares más sagrados en el Islam: La Meca y Medina.
Hasta ahora, los clérigos han aceptado los límites al poder del joven Mohammed y en septiembre accedieron a eliminar la prohibición de que las mujeres conduzcan autos, algo impensado, a lo que siempre se habían negado.
Lo que resta es ver si el imponente heredero será capaz de controlar la corrupción, hacer efectivos los cambios culturales, hacer una buena política internacional y controlar la economía del país petrolero. Mohammed Bin Salman podría convertirse en rey y gobernar durante el próximo medio siglo.