Récord de elecciones y escalada bélica en varios frentes: el 2024 fue un año cargado en geopolítica
El conflicto en Medio Oriente se extendió fuera de Gaza, Rusia presiona aún más a Europa y Siria sumó un nuevo episodio a su cruda historia. El plato fuerte de los comicios fue Estados Unidos.
Hezbollah desde Líbano fue la variable que se sumó este 2024 a conflicto reflotado tras el atentado de Hamás en octubre de 2023. Crédito: Emilie Madi/Reuters
A principios de 2024 se destacaba que en la agenda figuraban numerosas fechas de elecciones alrededor del mundo, las cuales en conjunto conformaban el récord histórico de ciudadanos involucrados en comicios. Lo que quizás no era previsible eran las polémicas y dramas en torno a estos procesos y cómo se verían influenciados por los conflictos bélicos paralelos.
Unos 100 países y 4.000 millones de personas se vieron involucrados en instancias que cambiaron sus futuros, ratificaron sus procesos democráticos previos o los hundieron aún más en crisis políticas.
La “trampa” en el número de ciudadanos llega de la mano de India, país más poblado, que si bien tuvo menores porcentajes de voto para Narendra Modi, lo ratificó como el líder más votado en el planeta. Si de democracias de impacto se habla, Estados Unidos cerró su año con triunfo de Donald Trump ante la escandalosa salida de Joe Biden.
Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos que asumirá el 20 de enero. Crédito: Cheney Orr/Reuters
Otro de los comicios que inflaron las cifras fueron los correspondientes al Parlamento Europeo, que si bien no involucran directamente las decisiones internas de los 27 estados miembros de la Unión Europea, sus ciudadanos se vieron involucrados en la discusión por la intromisión en sus propias constituciones, la inmigración y el financiamiento a Ucrania.
Yendo hacia el este de Europa, Rusia no sólo volvió a dar la nota con un Vladimir Putin reelecto en un proceso manchado de sangre, sino que también fue acusado por sus vecinos occidentales de influenciar campañas en Rumanía, Moldavia, Georgia y Bulgaria. Si de elecciones poco transparentes se habla, en Latinoamérica Venezuela reforzó su condición e incluso perdió el apoyo dialecto de algunos de sus vecinos.
Entre medio, se cuelan los particulares casos de naciones más alejadas de la primera plana, como el ejemplo de Azerbaiyán o Ruanda. En el primero de ellos, Ilham Alíyev extendió el mandato que posee desde 2003 a base de explotaciones de reservas de gas y una pequeña persecución interna. En el caso del país africano, Paul Kagame, mandatario desde 2000 y líder revolucionario de los ‘90, ganó su cuarta elección consecutiva con más del 90%.
Mapa completo de elecciones presidenciales o parlamentarias con influencia directa en la elección del mandatario
Las guerras y las tensiones
Dejando lejos el sentimiento de falsa paz que se vivió durante la pandemia de Covid-19, este 2024 expandió sus fronteras de guerra y sumó nuevas discusiones entre las potencias. Sobre este plano, El Litoral habló con Mileva Chialvo, licenciada en Relaciones Internacionales.
“El 2024 fue un año de escalada de tensiones bélicas. El ordenamiento geopolítico del mundo es complejo, tenemos un sistema internacional multipolar con actores como China, Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y potencias regionales (India, Irán, Turquía) jugando roles significativos. Israel, por ejemplo, que este año se encontró en un foco de conflicto importante, navega este entorno de alianzas flexibles, influenciado además por las profundas relaciones económicas que existen entre los distintos actores”, indicó Chialvo sobre el panorama general.
Sirios celebran el fin del régimen y el alzamiento del grupo terrorista HTS, uno de los procesos más complejos y sensibles del 2024. Crédito: Ammar Awad/Reuters
“Este año hemos notado algunos cambios, por ejemplo, por parte de Rusia, que se mostró mucho más agresivo en su estrategia y en su discurso, atacando con más fuerza y presupuesto en aquellos territorios en disputa que considera estratégicos y amenazando directamente con la posibilidad de utilizar armas nucleares contra EEUU y la OTAN, a quienes acusa de imperialistas que atacan constantemente la soberanía rusa. Por su parte, Estados Unidos ha aumentado también su presupuesto y el envío de tropas a estos conflictos con la intención de resolverlos o al menos tomar el control previo a las elecciones de octubre”, comentó Chialvo al ser consultada sobre uno de los principales cambios en los principales combates.
Sobre la serie de incidentes en Medio Oriente, la especialista manifestó: “La cuestión de Israel no fue menor, con ataques sistemáticos de organizaciones terroristas en su territorio. La particularidad de la escalada bélica de este 2024 fue que hubo muchísimos más ataques enfocados a civiles, con el fin de instalar el terror”.
El panorama a futuro, desde su perspectiva, no sería el mejor: “Para el 2025 no se prevé una resolución de estos conflictos, por el contrario, se avecina que aparezcan aún más: en estos últimos días del año, por ejemplo, Taiwán está recibiendo grandes cargamentos de armamento y vehículos de guerra, ante las crecientes amenazas de China que atentan contra la seguridad la isla”.
En relación a los elementos paralelos que podrían derivar en debates más escabrosos, la entrevistada destacó los impactos que tendrían la transición energética, los vehículos eléctricos en el mercado automotor y la inteligencia artificial generativa, que cada día se perfecciona más y ya es un partícipe clave en los conflictos bélicos. “Sin dudas, si nos pareció que el mundo cambió en 2024, el 2025 también traerá sorpresas y transformaciones significativas”, sentenció.
La economía y Argentina
Las elecciones y los diversos frentes de batalla han repercutido de forma más dura en los planes y las condiciones económicas de Argentina y el resto del planeta. Sobre estos conceptos, Matias Mayo, licenciado en Relaciones Internacionales y docente de Comercio Internacional, fue consultado por El Litoral.
“En 2024, la economía mundial mostró signos de estabilización, con un crecimiento estimado del 3%. Sin embargo, persistieron desafíos como las tensiones geopolíticas y la fragmentación económica como resultado de los distintos conflictos bélicos alrededor del globo”; resume en primera instancia Mayo.
Imagen ilustrativa. Crédito: Mike Segar/Reuters
Puntualmente sobre el panorama argentino y el primer año de gestión de Javier Milei, Mayo detalla que “estuvo marcado por reformas económicas significativas. El gobierno implementó un programa pragmático que incluyó un shock cambiario controlado y la reducción de subsidios, logrando equilibrar el déficit fiscal. Estas medidas condujeron a una recesión inicial, pero permitieron al Banco Central acumular reservas y reducir gradualmente la inflación. No obstante, varios sectores sociales y de empleo público enfrentaron dificultades debido a los recortes, mientras que las empresas energéticas y financieras se beneficiaron de la desregulación principalmente”.
Complementando el balance local, el licenciado indicó sobre las relaciones del gobierno libertario con el mundo: “Con una gran expectativa en la desregulación del comercio exterior, este año tránsito también muchas reformas del tipo burocráticas, prácticas y conceptuales de cómo Argentina se integra de manera eficiente y con grandes ambiciones respecto del comercio internacional”.
“De cara a 2025, la economía global se enfrenta a un entorno volátil, influenciado por cambios políticos significativos, como la elección de Donald Trump en Estados Unidos. Se anticipa que su administración podría adoptar políticas proteccionistas, incluyendo posibles conflictos basados en batallas arancelarias, lo que generaría incertidumbre en el comercio internacional. La incertidumbre se encuentra en si habrá múltiples frentes de batalla para Estados Unidos y no solo China, como supo ser la anterior administración de Trump”, manifestó Mayo sobre el cambio de gestión en el país que mantiene la mayor influencia.
Donald Trump junto a Javier Milei en la mansión de Mar-A-Lago in Palm Beach, Florida. Crédito: Carlos Barria/Reuters
Retomando a Argentina, indicó que las eventuales nuevas dinámicas de enfrentamiento estadounidense presentan “tanto oportunidades como desafíos. La intención del gobierno de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y flexibilizar el Mercosur podría abrir nuevos mercados, pero también requerirá adaptaciones a las políticas comerciales de EE. UU. También hay que tener en cuenta que las relaciones directas con EE.UU. podrían afectar nuestro entorno regional con los integrantes del Mercosur, independientemente de ello, Argentina debe tomar un rol de liderazgo frente al nuevo acuerdo del bloque Mercosur con la Unión Europea, lo cual implica grandes desafíos de adaptación en términos culturales, políticos, y de alineamiento de estándares”.
Sobre los objetivos o planes en los que Milei debería encolumnarse mediante su canciller Gerardo Werthein y el ministro de Economía, Luis Caputo, Mayo resalta el equilibrio de sus reformas internas con las tendencias globales, buscando alianzas estratégicas que potencien el comercio exterior y fortalezcan la posición de Argentina en el escenario mundial. Allí figuran EE.UU., China, Mercosur y la Unión Europea como actores claves con los cuales relacionarse independientemente de afinidades políticas.
“En resumen, 2024 fue un año de ajustes económicos tanto a nivel global como para Argentina. Las perspectivas para 2025 dependerán en gran medida de las políticas que adopten las principales economías y de la capacidad de Argentina para adaptarse a un entorno internacional en constante transformación”, concluyó Mayo.
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