Vuelve la erupción del Etna, después de una pausa de 20 días. La nube de cenizas producida por esta última actividad ha alcanzado una altitud de unos 9.000 metros. Una gran columna de humo también es claramente visible desde Catania y Taormina, y se observa un modesto desbordamiento de lava desde el cono del cráter sureste que se dirige en dirección suroeste.
La amplitud media del temblor volcánico muestra valores crecientes. El origen de esos temblores se encuentra en el área del citado cráter sureste, a una altura de aproximadamente 2.900-3.000 metros sobre el nivel del mar.
El Instituto Nacional de Vulcanología (Ingv) ha emitido una advertencia roja para la aviación, el nivel más alto de alerta, pero la actividad actual del Etna no afecta a las operaciones del aeropuerto internacional de Catania, que a veces se ve obligado a suspender los vuelos si sus pistas se cubren de cenizas.
Desde el mismo cráter del sureste hace tres semanas se originó otra erupción, con fuertes explosiones y emisión de cenizas. Se ha registrado también en las últimas semanas actividad sísmica.
El 10 de septiembre, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología registró un terremoto de magnitud 3.0 en el Etna. El hipocentro del seísmo se ubicó a dos kilómetros al norte de Milo, a una profundidad de ocho kilómetros. Se sintió en algunos pueblos en el lado este del volcán, pero no se registraron daños a la propiedad ni a las personas.