Un equipo de investigación liderado por expertos del Instituto de Biología Evolutiva (IBE: CSIC-UPF), en Barcelona, ha identificado por primera vez en Europa a un individuo de la hormiga aguja asiática (Brachyponera chinensis), una especie altamente invasora. El equipo ha utilizado el método del DNA barcoding para identificar genéticamente al macho de la especie, hallado en un municipio costero de Nápoles.
En los últimos años ha sido detectada la presencia de diversas especies de hormigas exóticas en Europa pero en el caso de la B. chinensis los expertos alertan de elementos de especial preocupación.
"De consolidar su presencia en el territorio, la invasión de la hormiga aguja asiática podría amenazar a las poblaciones de hormigas autóctonas y alterar los ecosistemas de hábitats naturales y urbanos europeos", destaca el IBE en una nota divulgativa del trabajo liderado por sus investigadores.
Los autores destacan, como factor amenazante importante, que "el establecimiento de B. chinensis en zonas urbanas podría constituir un problema de salud pública, dada la reacción documentada que provoca el veneno que inyecta esta hormiga".
Los resultados de la investigación en la que se ha confirmado la primera detección de esta especie en Europa han sido publicados den la revista Zootaxa.
Las especies exóticas invasoras se consideran como una de las principales causas de la actual crisis de la biodiversidad. En los últimos años, los humanos han introducido 200 especies de hormigas fuera de su alcance natural y algunas de ellas se han vuelto invasoras. Es el caso de la hormiga aguja asiática, Brachyponera chinensis , que ha experimentado una impresionante expansión de su área de distribución en los últimos 80 años.
Su distribución natural incluye regiones costeras de China continental, Taiwán, la península de Corea y Japón, mientras que en la década de 1930 fue introducida en Estados Unidos de América (EE.UU.), donde se ha establecido y ahora es presente en 17 estados. En el territorio norteamericano, B. chinensis invade hábitats de bosque autóctono y ha tenido un fuerte efecto negativo en la mayoría de las especies de hormigas nativas. Además, debido a su picadura y las propiedades del veneno que inyecta, B. chinensis ha sido identificada como una amenaza emergente para la salud pública en EE.UU., causando importantes reacciones alérgicas.
Primer ejemplar conocido en Europa
Uno de los autores del nuevo estudio y entomólogo aficionado, Vincenzo Gentile, recogió un macho no identificado del género Brachyponera que era atraído por la luz de una farola el 3 de julio de 2020 en Torre Annunziata (Nápoles, Italia), en una zona residencial a aproximadamente 1 km del puerto de la ciudad.
Las características morfológicas del espécimen y el análisis genético posterior confirmaron que se trataba del primer ejemplar de Brachyponera chinensis identificado en territorio europeo.
Una primera investigación morfológica reveló que la hormiga invasora no pertenecía a ninguna de las familias invasoras más frecuentes - Formicinae , Dolichoderinae y subfamilias Myrmicinae- , sino que pertenecía a la subfamilia Ponerinae , de hormigas mayoritariamente depredadoras. Sin embargo, el ejemplar identificado - en particular del género Brachyponera - era distinto a cualquier postura nativa euromediterránea.
El análisis genético posterior, llevado a cabo por el investigador predoctoral INPhINIT ” la Caixa ” Mattia Menchetti en el laboratorio de Diversidad y evolución de las mariposas en el IBE, liderado por el investigador principal Roger Vila, confirmó que se trataba de un macho de Brachyponera chinensis . El estudio apunta a que posiblemente su origen sea EEUU, o bien que la especie invasora haya sido introducida en ambos continentes desde el mismo lugar de origen.
"El código de barras genético, también conocido como DNA barcoding , es una herramienta de gran utilidad. Se trata de usar una secuencia de ADN corta como un código de barras propio de cada especie. De este modo, podemos identificar a cualquiera muestra, lo que es útil tanto en ciencia básica como en el control de especies invasivas, de plagas, del comercio ilegal de especies, en análisis forenses, etc.", explica Menchetti.
El nido de origen puede estar en zonas privadas de difícil acceso y la colonia - o colonias - puede tener tiempo de propagarse sin ser detectada
Como otros muchos invertebrados del suelo, las hormigas a menudo se introducen accidentalmente en nuevos entornos debido a la globalización y en particular al comercio de plantas. Su introducción frecuente en jardines privados dificulta la detección de estas especies en las fases iniciales, antes de que se esparzan por una región amplia, como es el caso de B. chinensis en Torre Annunziata. Aunque se habían estudiado las hormigas de la ciudad de Nápoles entre 2016 y 2021, no se habían encontrado a otros individuos de esta especie.
El hecho de haber recogido un macho volante, en proceso de enjambre, apunta a que al menos un nido está ya en una fase avanzada después de la introducción. "El nido de origen puede estar en zonas privadas de difícil acceso y la colonia - o colonias - puede tener tiempo de propagarse sin ser detectada", añade Mattia Menchetti. "Sin embargo, tampoco se puede descartar que se introdujera una colonia sin reinas y que los machos hayan sido producidos por las hormigas trabajadoras, hecho excepcional pero posible para B. chinensis " .
La cuenca mediterránea acoge un número creciente de especies exóticas, pero la mayoría se han quedado limitadas en el interior de edificios e invernaderos, o en entornos urbanos. Sin embargo, la expansión de B. chinensis en los hábitats forestales estadounidenses sugiere que esta especie podría invadir los hábitats naturales europeos y en particular los bosques, con posibles efectos negativos por las comunidades de hormigas autóctonas y la salud de los ecosistemas.
Problemas ecológicos y de salud
"Esta es una especie invasora que está causando importantes problemas ecológicos y sanitarios en Estados Unidos y que en Europa podría tener efectos comparables a los de la avispa asiática o la hormiga argentina. La experiencia nos dice que, una vez llegada la fase exponencial de expansión de una especie invasora, no tenemos herramientas para erradicarla y, a lo sumo, la podemos controlar invirtiendo enormes cantidades de recursos públicos, por lo que hay que aprovechar la ventana de oportunidad que representa la llamada fase de latencia; el tiempo durante el cual la especie invasora se consolida en el nuevo lugar y todavía se encuentra muy localizada", explica Roger Vila.
Con experiencias como la actual, Roger Vila propone "repensar la estrategia de control de las especies invasoras y redirigir los recursos hacia el biomonitoreo, que permita la detección precoz, y un cuerpo de funcionarios de acción inmediata en cuanto salte la alarma de una nueva introducción".
En el caso concreto ahora detectado, Mattia Menchetti indica que los expertos "hacemos un llamamiento a la acción en esta etapa temprana de la nueva invasión biológica y proponemos que se realice una prospección detallada de una amplia zona en torno a Torre Annunziata".
Esta investigación ha recibido el apoyo de la Fundación ”la Caixa”, entre otros. El Instituto de Biología Evolutiva (IBE) es un instituto mixto de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) fundado en 2008 en Barcelona.
Los investigadores del IBE estudian los procesos y mecanismos que generan la biodiversidad, y sus líneas de investigación abarcan temas como la evolución genética y molecular, la biología de poblaciones, la biología de sistemas complejos y la recuperación del ADN antiguo. El instituto cuenta con más de ciento veinte trabajadores, que se distribuyen entre dos edificios vecinos: el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB) y el Centro Mediterráneo de Investigación Marina y Ambiental (CMIMA).