Los secretos de la corte de Dubái han sido desvelados. Aunque el emir Mohamed bin Rashid al-Maktoum había intentado impedirlo, ayer el alto tribunal de Londres decidió publicar las conclusiones del caso por la custodia de sus hijos con la princesa Haya, iniciado después de su fuga a Reino Unido en abril del año pasado. El juez encargado de la causa, Andrew McFarlane, considera probado que el emir de Dubái y vicepresidente de Emiratos Árabes Unidos ordenó el secuestro de dos de sus hijas y amenazó a su esposa, la princesa Haya, hasta el punto de que temiera por su vida.
La resolución publicada, de 34 páginas, relata que el matrimonio había comenzado a tener problemas entre 2017 y 2018, año en el que Haya de Jordania comenzó una relación extramatrimonial con uno de sus guardaespaldas. Sin embargo, la situación se agravó cuando la princesa empezó a interesarse por el paradero y la seguridad de una de las hijas de su marido, la princesa Latifah, que había sido devuelta a Dubái después de intentar fugarse entre acusaciones contra su padre de haberla encerrado y torturado. La princesa Haya llegó a pedir a un doctor de su confianza que evaluara a la hija de su marido. Luego ella misma visitó a Latifah en la “especie de prisión” en la que estaba, momento en el que la joven princesa se abrazó a ella entre lágrimas. “No te metas”, asegura la princesa Haya que le dijo el emir.
Tenés que leerSe divorció el nieto mayor de la reina Isabel IIPoco después, fue ella la que empezó a correr peligro. Según considera probado McFarlane, el personal de su confianza en palacio fue despedido y el emir ordenó investigar sus finanzas. En febrero de 2019, coincidiendo con el aniversario de la muerte del rey Hussein de Jordania, padre de la princesa Haya, el emir se divorció de ella a través de la ley musulmana -sharia- sin avisar a su mujer: quería que ahora esa triste fecha fuese aún más dolorosa para ella. La princesa también empezó a recibir notas amenazantes en su dormitorio. “Nos llevaremos a tu hijo. Tu vida está acabada”, decía una.
Hasta en dos ocasiones, la princesa Haya encontró una pistola debajo de su almohada, “apuntando hacia la puerta y con el bloqueo de seguridad desactivado”, Otro día, un helicóptero aterrizó afuera de sus aposentos. El piloto le dijo que tenía la orden de llevarla a al-Awir, una prisión en el desierto.
Cada vez más asustada, en abril de 2019 la princesa decidió por fin fugarse de Dubai llevándose consigo a sus dos hijos en común con el emir. Una vez en Londres, sin embargo, las amenazas continuaron. “Los niños y tú jamás estaréis a salvo en Inglaterra”, le dijo por ejemplo una vez el emir por teléfono.
En otra ocasión, la princesa recibió un mensaje de uno de los empleados de su marido en los establos de Godolphin, situados en Reino Unido. El mensaje contenía un vídeo viral en el que se veía a un hombre destrozar a golpes su televisor, enfurecido porque los canales se cambiaban continuamente y no podía ver un partido de fútbol. No se había dado cuenta de que su esposa tenía un mando adicional y era quien estaba cambiando los canales. “Si lo hubiera sabido habría matado a su mujer de rabia”, decía el mensaje que acompañaba al vídeo. Haya de Jordania entendió que se trataba de una amenaza.
En el juicio, la princesa también declaró que temía que el emir ordenara el secuestro de sus hijos para llevarles a Dubái, tal y como había hecho anteriormente con la princesa Latifah y otra de las hijas que tuvo de sus anteriores esposas. “No solo es él el que me preocupa, también me preocupa la gente que le rodea”, aseguró Haya de Jordania. “Se cómo operan. He visto las cosas que les pasaron a las hermanas de mis hijos. No puedo tolerar la idea de que a ellos también les pase algo”.