Las criaturas del Amazonas, uno de los hábitats con mayor biodiversidad de la tierra, enfrentan una amenaza cada vez mayor por el creciente avance de madereros y granjeros en la selva. En la estación seca, ganaderos y especuladores de tierras prenden fuego para limpiar los bosques y las llamas pueden salirse de control, avivadas por los vientos y el follaje seco.
Tenés que leerBrasil dejará de combatir la deforestación del AmazonasLos veterinarios de la clínica Clinidog en la ciudad amazónica de Porto Velho creen que la madre y su cría fueron atropellados por un automóvil mientras huían de los incendios que asolaban la selva tropical más grande del mundo. Se trata Xita, una pequeña tití de Rondon con tristes ojos marrones, que abraza a su recién nacido con fuerza. “Llegó estresada, gritando y manchada de sangre”, recordó Carlos Henrique Tiburcio, dueño de la clínica, mientras envolvía a los dos animales en una pequeña tela blanca. Ambos luchan por sus vidas.
Animales débiles y moribundos llegan a la clínica de Tiburcio donde cuatro voluntarios trabajan incansablemente para salvarlos. “En esta época del año, cuando los incendios son constantes por la ausencia de lluvias, los animales buscan refugio, desesperados por escapar de la muerte y terminan en la ciudad, poniéndose en riesgo de ser atropellados o capturados”, dijo Marcelo Andreani, cuyo trabajo consiste en rescatar a los animales heridos y llevarlos a la clínica.
“El respeto humano por la naturaleza es cada vez menor”, lamentó Andreani, quien trabaja para la policía ambiental estatal.