Rusia amplió hasta finales de 2026 su embargo de alimentos contra los países que impusieron sanciones en su contra, según un documento gubernamental difundido este viernes. La nueva resolución también amplió la lista de naciones afectadas, incluyendo a Nueva Zelanda.
Este embargo, que comenzó en 2014, prohíbe la importación de productos como carne, salchichas, pescado, mariscos, lácteos, vegetales y frutas desde países como Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Reino Unido, Australia, Noruega, Ucrania, Albania, Montenegro, Islandia y Liechtenstein.
Mirá tambiénZelenski propuso ingresar a la OTAN para poner fin a la guerra con RusiaLa medida fue renovada por última vez en septiembre de 2023, extendiéndola hasta finales de 2024, y ahora se ha prorrogado hasta 2026.
La guerra entre Rusia y Ucrania
El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene raíces profundas y complejas que involucran tanto disputas territoriales como tensiones geopolíticas más amplias. Uno de los principales detonantes fue la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014. La península, de importancia estratégica y étnica, fue parte de Ucrania hasta que, tras un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional, fue tomada por fuerzas rusas. Este acto fue ampliamente condenado por la ONU y resultó en sanciones económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
A esta anexión le siguió un conflicto armado en el este de Ucrania, en las regiones de Donetsk y Lugansk, donde grupos separatistas prorrusos, con apoyo de Rusia, se enfrentaron al gobierno ucraniano, lo que generó miles de muertos y desplazados.
Otro factor clave fue la orientación política de Ucrania. Tras la Revolución del Maidán en 2014, que derrocó al presidente prorruso Víctor Yanukóvich, Ucrania comenzó a acercarse a la Unión Europea y a la OTAN, lo que Moscú percibió como una amenaza directa a su influencia en la región.
Mirá tambiénNuevo ataque de drones rusos a Ucrania, mientras Estados Unidos habilita el uso de misiles ATACMSEn respuesta, Rusia intensificó sus esfuerzos por mantener a Ucrania dentro de su esfera de influencia, llevando a una serie de tensiones diplomáticas y militares.
En 2022, la situación escaló drásticamente cuando Rusia lanzó una invasión a gran escala de Ucrania, buscando derrocar al gobierno ucraniano y evitar su acercamiento definitivo a Occidente. Esta invasión desató una condena global y provocó sanciones severas contra Rusia, incluidos embargos a productos clave como alimentos, energía y tecnología.
La guerra ha tenido un impacto devastador en Ucrania, con miles de muertos, millones de desplazados y una crisis económica que afecta a toda la región. La prolongación del conflicto y las sanciones internacionales han sido un factor importante en la decisión de Rusia de extender el embargo, en un intento por presionar a las naciones que apoyan a Ucrania.
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