Las fuerzas rusas tomaron el control de las instalaciones nucleares el 4 de marzo, pocos días después del inicio de su invasión de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso informó que se dispararon 15 proyectiles y algunos de ellos impactaron cerca de la mayor central nuclear de Europa.
Las fuerzas rusas tomaron el control de las instalaciones nucleares el 4 de marzo, pocos días después del inicio de su invasión de Ucrania.
Este sábado, Rusia denunció que Ucrania realizó nuevos bombardeos cerca de la central nuclear de Zaporiyia, ocupada por fuerzas enviadas por el Kremlin desde marzo y centro de preocupaciones por la posibilidad de una catástrofe atómica.
El Ministerio de Defensa ruso de informó que "El régimen de Kiev reanudó las provocaciones para crear la amenaza de una catástrofe artificial en la planta nuclear de Zaporiyia. Durante una jornada se registraron dos bombardeos de artillería de la aldea de residencias de verano Volna, y una estación eléctrica térmica ubicada en las inmediaciones de la central".
De acuerdo a la cartera, se dispararon 15 proyectiles y algunos de ellos impactaron cerca de la mayor central nuclear de Europa, consignó la agencia de noticias rusa Sputnik.
La central, situada en el sur de Ucrania, fue bombardeada varias veces en las últimas semanas, y Moscú y Kiev se culpan mutuamente de los ataques.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que dirige el argentino Rafael Grossi, estableció una misión con presencia permanente en el lugar para controlar la seguridad y exigió que se establezca una zona desmilitarizada para evitar ofensivas directas.
"Es necesario que Ucrania y Rusia se pongan de acuerdo sobre el principio muy simple de no atacar o bombardear la central. Es necesario que se comprometan en que ninguna acción militar apunte a la central ni a sus alrededores", explicó Grossi.
El OIEA es un organismo técnico sin mandato para ordenar una desmilitarización de la zona alrededor de Zaporiyia, algo que sí podría decidirse en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde, sin embargo, el poder de veto de Rusia y algunas potencias occidentales impiden avanzar en alguna resolución.