Los talibanes prohibieron la transmisión de una serie de programas de televisión, en la mayoría de los cuales intervienen mujeres, según dispuso una declaración del Ministerio de Orientación Islámica de Afganistán, informó hoy la prensa internacional.
"Está prohibida la transmisión de series de televisión con mujeres; también se prohibe mostrar películas y clips en los que aparezcan hombres o mujeres semidesnudos", precisa el comunicado de la entidad afgana, recogió la agencia de noticias Sputnik.
Según el comunicado, todos los medios televisivos deben comprometerse a que sus transmisiones no violen la Sharia y la moral, a que los programas de entretenimiento no ofendan los sentimientos religiosos de la población y a que las periodistas se cubran la cabeza con un velo.
El ministerio vetó, además, la proyección de películas que divulguen la cultura extranjera y de cualquier serie de televisión que contenga una representación del profeta Mahoma y sus seguidores.
Estas nuevas disposiciones se producen luego de que las autoridades afganas cambiaran el nombre de la Compañía de Radio y Televisión del Parlamento local a Al-Hijra y lanzaran en ella programas sobre temas islámicos, detalló a la agencia de noticias rusa, una fuente que trabaja en el medio público afgano.
No es el primer atropello del movimiento talibán contra la libertad de expresión y los derechos de las mujeres. En septiembre último, cuando reabrieron las escuelas secundarias, prohibieron la asistencia de alumnas y profesoras.
Desde su retorno al poder el 15 de agosto último, los talibanes intentaron tranquilizar a los afganos y a la comunidad internacional asegurando que los derechos de las mujeres serían respetados. Pero estas afirmaciones no se reflejan en las decisiones del nuevo Ejecutivo, en el que no hay ninguna mujer y se teme que ocurra la misma situación que cuando los islamistas gobernaron, entre 1996 y 2001.
En aquel momento, el movimiento islamista radical llevó a cabo una política especialmente represora frente a las mujeres, a las que prohibió trabajar, estudiar, hacer deporte o andar solas en la calle.
La profunda crisis que Afganistán vive desde hace décadas, se agravó el último agosto tras la caótica retirada de las tropas estadounidenses y la toma del poder por el movimiento talibán.