La Unión Europea (UE) logró derribar el último obstáculo que restaba para aprobar su sexto paquete de sanciones contra Rusia -que incluye un embargo parcial al petróleo ruso-, al retirar al jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca Kirill, de la lista de penalizados, como lo exigía Hungría.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró en Twitter que "otro fuerte paquete de sanciones fue acordado contra el presidente ruso Vladímir Putin y el Kremlin". Los documentos finales con los detalles del sexto paquete de sanciones deberán aún recibir el acuerdo escrito de los países del bloque para que puedan ser publicados en el diario oficial de la UE.
Rusia, por su parte, advirtió que los primeros perjudicados por esas sanciones serán los europeos. "Los consumidores europeos serán los primeros en sufrir esta decisión. No sólo subirán los precios del petróleo, sino también los de los productos petrolíferos. No descarto que haya un gran déficit de productos petrolíferos en la UE", advirtió el vice primer ministro ruso encargado de la Energía, Alexander Novak.
Este sexto paquete de sanciones de la UE contra Rusia es el más ambicioso hasta el momento y también el que más problemas generó a los negociadores y diplomáticos para hallar un consenso. La propuesta original incluía un embargo total de las compras europeas de petróleo ruso, la ampliación de la lista de personas y entidades sancionadas, el veto a la circulación de tres redes rusas de TV en espacio de la UE y la remoción de bancos de la red Swift.
Después de agrias negociaciones, que se prolongaron durante un mes, una cumbre de líderes europeos alcanzó el lunes un acuerdo político para adoptar un embargo al petróleo ruso que llega a la UE vía marítima. Ese plan excluye por el momento al petróleo que llega por oleoductos, en un entendimiento cuidadosamente hilvanado para proteger a Hungría, que vetaba la totalidad del acuerdo por temor a los efectos sobre su seguridad energética.
Frustración y decepción
Cuando los representantes permanentes del bloque se reunieron para pulir los documentos finales, Hungría recordó que aún restaba retirar a Kirill de la lista de individuos rusos sancionados, y con ello todo el paquete volvió a quedar en punto muerto. Kirill, de 75 años, es considerado un apoyo fundamental de Putin, y por ello la Comisión Europea había propuesto que sea incluido en la lista de sancionados con veto para ingresar a Europa y el congelamiento de eventuales activos.
Después de nuevas y tensas conversaciones, los representantes de los países del bloque volvieron a reunirse de urgencia y accedieron a la exigencia húngara de retirar al líder religioso de la propuesta de sanciones. De acuerdo con una fuente diplomática, hubo "alguna frustración y decepción" con la postura húngara, pero prevaleció la idea de que lo fundamental era mantener la unidad y lograr la aprobación e implementación de las medidas.
Un diplomático apuntó que a raíz del nuevo acuerdo alcanzado, "una persona ya no está en la lista de sancionados… vemos buenas razones para que esté, pero un país del bloque tiene una visión diferente". Otra fuente diplomática aseguró que la remoción del patriarca Kirill de la lista es "la única modificación" acordada a la propuesta original.
Por otro lado, Estados Unidos incluyó en su lista de sanciones –dada a conocer en la víspera- al gestor del presidente ruso y a una empresa de Mónaco que proporciona yates de lujo a la élite de Moscú, intensificando así su presión sobre Putin para que detenga la invasión rusa de Ucrania.
Washington sancionó a Serguei Pavlovich Roldugin, considerado como "el intermediario de Putin" y su amigo; a la esposa de éste, la cantante de ópera Elena Mirtova, así como a la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova, y a varias empresas de yates usados supuestamente por Putin, informó el Departamento del Tesoro.