“Vivimos un embarazo de cuatro horas”, es la frase de Valentina Prata al contar cómo ella y su pareja Gustavo Contreras, ambos oriundos de la localidad cordobesa de San Francisco, desconocían que estaban esperando una beba, que finalmente nació con 38 semanas de gestación, 3 kilos de peso y muy buena salud.
Valentina relató en una nota para El Periódico de San Francisco, que el 3 de agosto, por la mañana, empezó a sentirse mal y llamó a su pareja para que la pasara a buscar por el trabajo. Ya en su hogar, llamaron a una médica que al oscultarla se dio cuenta que ella estaba embarazada.
“Estaba en la cama con muchos dolores, creía que era dolores menstruales, pero eran contracciones. La doctora que vino a mi casa me empezó a tocar y me preguntó de cuántos meses estaba. Le dije que no estaba embarazada, pero ella me dijo que le parecía que sí”, relató.
“Entonces nos fuimos volando al sanatorio. Cuando me hacen la ecografía me dicen que tenía un embarazo muy avanzado y yo no caía. Pensaba ¿cómo, si no tenía panza, ni síntomas? Si siempre había estado bien. Así que me llevaron, pero ni siquiera sabía si iba a ser cesárea o parto”, explicó.
Tenés que leerEl 25% de los embarazos no intencionales fueron por suspender anticonceptivos por miedo a los efectos“[En la ecografía] Sentí un corazón que latía, pero no tuve tiempo de nada. A los 10 minutos estaba en la sala de parto y en otros 10 minutos ya la tenía en brazos a mi hija”, dijo Valentina sobre la beba a la que llamaron Fiorella.
Por su parte, Gustavo contó: “No entendíamos nada, yo me largué a llorar, pero no de miedo, sino que estaba feliz. Ella me decía que tenía miedo y sí, teníamos inseguridad porque no nos preparamos, ni con controles médicos ni para recibirla. No teníamos nada”.
Lo primero que hicieron tras el parto fue llamar a sus familiares y contar la buena nueva. “Decimos que fue un embarazo de cuatro horas porque nos enteramos de esa manera. Veníamos hablando de tener un bebé”, contó la joven y explicó que ahora puede darse cuenta de algunos síntomas que tenía, como ganas de comer determinada comida y un gran cansancio por lo que se iba adormir más temprano de lo usual.
“No teníamos idea, incluso el día anterior hice ejercicio, creo que eso ayudó a que fuera un parto rápido”, dijo la joven.