En un fallo inédito, y que seguramente despertará controversias, un joven que le había transmitido el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) a una de sus últimas parejas, quien quedó embarazada, fue condenado por la Justicia de Córdoba. El muchacho, quien se encuentra preso por este motivo en la Cárcel de Bouwer, fue sentenciado a la pena de 3 años y 6 meses por el delito de “lesiones gravísimas agravadass”.
Así lo dispuso este miércoles el juez Hernán Buteler, de la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba.
La mujer denunciante es ahora portadora de VIH y lleva adelante un tratamiento para mitigar la enfermedad. La criatura, en tanto, dio negativo.
El joven, un changarín de 22 años, había llegado a juicio acusado de haber incumplido el artículo 18 de la ley nacional de profilaxis, la 12.331.
La norma expresa que “será reprimido con la pena establecida en el artículo 202 del Código Penal quien, sabiéndose afectado de una enfermedad venérea transmisible, la contagia a otra persona”. El artículo 202 prevé una pena de entre tres y 15 años de prisión efectiva.
La acusación estuvo en manos de la fiscal Bettina Croppi, del fuero de Violencia Familiar. Precisamente, la funcionaria judicial había sido quien investigó el caso y dispuso la detención del joven.
En su alegato, la fiscalía había referido que el acusado, sabiendo que tenía VIH, no tomó los recaudos y las prevenciones necesarios para no transmitir el virus a otra persona. Según la acusación, no adoptó cuidados a la hora de mantener relaciones sexuales.
Ya en la Cámara 6ª, la fiscal había solicitado una condena de 4 años y 8 meses al entender que el acusado había incumplido la ley de profilaxis.
El ahora condenado se había declarado inocente.
La abogada Susana Lucero, a cargo de la defensa, había solicitado la absolución y demandado la liberación inmediata. Dijo que no estaba claro “quién le transmitió el virus a quién”.
Tenés que leerVIH/Sida: a 40 años de la otra pandemia que cambió al mundoEn un fallo conocido en la siesta de este miércoles, el juez Buteler condenó a prisión, pero no por la figura penal que había solicitado la fiscalía, sino que por otro delito: lesiones gravísimas agravadas.
Acto seguido, el magistrado le impuso la pena de tres años y medio de cárcel efectiva.
El acusado lleva alrededor de dos años preso.
Desde la fiscalía hubo cautela respecto al fallo y el encuadre jurídico adoptado por el juez.
Trascendió que la fiscal espera conocer los fundamentos para decidir si apela o no. Por su parte, la defensa no va a apelar. Entiende que el joven, teniendo en cuenta el tiempo que lleva detenido (dos años) y su “buena conducta” en prisión, en pocos meses podrá acceder a la libertad condicional.
El caso y sus implicancias prácticamente no tienen antecedentes por lo menos en Córdoba, aunque sí en otros puntos de la Argentina, y no dejan de generar debates. Ya hubo condenas contra hombres por transmitir el virus.
Caso complejo y con debate
La joven y el acusado estuvieron en pareja aproximadamente un año, entre principios de 2018 y enero de 2019. En un control médico, según la causa, ella descubrió que estaba embarazada y que era portadora de VIH. Un estudio posterior lo ratificó.
Al poco tiempo se separaron, y la mujer lo denunció después.
La causa recayó en la fiscal Croppi, quien se interiorizó de inmediato en la causa. Tras recoger testimonios y distintos informes, ordenó la detención y la prisión preventiva. El caso fue encuadrado en violencia de género. Un juzgado de Control lo ratificó.
“El hombre sabía perfectamente que tiene VIH, no está enfermo de sida, y nunca tomó recaudos preventivos con una de sus últimas parejas, con quien mantenía relaciones. Él no se cuidaba en lo más mínimo, debería haber usado preservativos por lo menos. La joven finalmente contrajo el virus y quedó embarazada incluso. Ya tuvo el bebé. Afortunadamente, la criatura está sana”, se remarcó a La Voz desde la fiscalía.
En tanto, “al bebé no se le detectó el virus, pero a ella sí”, según se indicó.
Según trascendió, durante el noviazgo, el muchacho no le informó sobre la enfermedad. De todos modos, según las fuentes, ese punto no es de importancia.
El reproche legal de la fiscalía fue el supuesto incumplimiento de la ley de profilaxis: sabiendo que tenía una enfermedad venérea, no se cuidó y se la transmitió a otra persona.
De acuerdo con lo que surgió en la causa, e incluso con lo que se ventiló en el juicio, el hombre tuvo varias parejas antes y después y tampoco se habría cuidado. Con dos de ellas llegó a tener dos hijos.
“No se cuidaba con quienes tenía relaciones”, apuntó una fuente de la investigación. No se estableció por ahora si algunas de estas personas tiene ahora VIH.
En el juicio declararon, además de médicos, no sólo la joven denunciante, sino también sus amigas y otras parejas, quienes fueron coincidentes en sus testimonios: el acusado no tomaba prevenciones a la hora de mantener relaciones sexuales. Eso para la ley argentina es delito.
Tenés que leerPacientes con VIH tienen un 30% más de riesgo de desarrollar casos de coronavirus grave y críticoEn la fiscalía entendieron que, estando libre, podría acercarse a la víctima o a las testigos.
Trascendió que el hombre no quería darle el apellido al bebé e incluso no aportar dinero para su manutención, como la ley exige.
En el marco de la causa, se recabaron testimonios de mujeres allegadas a él que insistían en que “no se cuidaba al tener relaciones”.
El acusado negó todo. Incluso, al ser indagado con un primer abogado, habló de un “complot” de mujeres contra él.
“La fiscalía lo acusó sin medios probatorios. No hay pruebas en contra de él. Es más: no está claro quién contagió a quién, quién transmitió el VIH a quién. Porque la denunciante se enteró en agosto de 2018 y mi cliente, en septiembre de ese año”, dijo su nueva defensora, Susana Lucero.
“No se pudo demostrar el origen del contagio ni quién le transmitió el virus a quién”, remarcó la letrada, quien además indicó que el joven es inocente de todo y que “está sobrellevando la enfermedad”.