Ataque en la Antártida: claves para entender los hechos
Luego de que tomara estado público el episodio de violencia vivido en la Base Marambio, se aclararon algunos datos que pueden explicar una extensa cadena de factores que detonaron de la peor forma. El futuro del agresor y el herido.
El Suboficial Mayor Echenique ya está en suelo continental para ser supervisado por especialistas médicos, incluso se viralizaron audios donde se lo escucha con normal lucidez. Su agresor también fue separado hasta que las investigaciones judiciales y militares fallen sobre los acontecimientos. Para llegar a esa realidad actual, la previa declaración de conjuntez en niveles tácticos; la inequidad en el pago salarial entre esos los pares militares; la impericia del Jefe de Base encubierta por la cúpula y una desgastada relación entre los involucrados, son cuatro puntos que merecen ser desarrollados para intentar entender por qué un Suboficial del Ejército Argentino atacó a mazazos a otro de la Fuerza Aérea mientras dormía.
Por estas horas ya trasciende que el detonante final para que el Sargento Primero de Ejército atacara al Encargado de su Base fue una discusión al término de la celebración por el día de la madre, tras la cual el superior se retiró a su habitación para dormir y fue abordado luego por el atacante. Fue el desenlace de una relación que, según fuentes muy cercanas a ambos y que dialogaron con El Litoral, lleva meses de tensión por diferencias de criterios y malos tratos por parte del Suboficial Mayor herido. Del mismo modo, informaron que la mala relación ya había sido notificada al Jefe de Base y ante su inacción también a la cúpula del Estado Mayor Conjunto, que tampoco tomó cartas en el asunto para prevenir lo ocurrido. Estas mismas fuentes aclaran que descartan de pleno las versiones más fuertes fuera de la Base: que se pelearon por una mujer.
Como anticipan estas líneas, más allá de estas particularidades en el vínculo, hay factores desencadenantes - en mayor y menor medida - que también contribuyeron a lo que casi fue a una tragedia en un plano general de incomodidad y malestar.
En la Base Antártica Conjunta Marambio había hasta el fin de semana unos 79 militares destinados, de los cuales 06 son mujeres. 61 son de la Fuerza Aérea, 15 del Ejército y 03 de la Armada. La primera falla, señalan. La Ley (y los especialistas en la materia) indica que corresponde establecer conjuntez en nivel operacional o superior. A saber: el nivel táctico se compone por los Elementos militares de menor denominación, que ejecutan las operaciones en primera línea, desde Regimientos hasta Comandos de Brigada (o equivalentes), por ejemplo. El nivel Operacional son los Comandos que deben ser Conjuntos, como por ejemplo, como el Comando Conjunto Antártico que centraliza los objetivos del nivel táctico dependiente (en este caso, las Bases Antárticas). En la cúspide resta el nivel Estratégico, encabezado por el Comandante en Jefe de las FFAA (el Presidente) y su Estado Mayor que orienta el rumbo del resto de la organización. Como nos explican los estudiosos del tema consultados, contrario a lo estipulado por Ley, colocar efectivos de distintas Fuerzas en una misma Base antártica no forma una organización Conjunta, sino una mezcla de personal de tres Fuerzas distintas. Es valioso destacar, a luz de lo ocurrido, que cada Fuerza tiene su propia idiosincrasia, su formación, forma de distribución de tareas, del ejercicio del mando y ritmo de trabajo. Allí radica lo importante de que cada Fracción tenga un Jefe de su propia Fuerza que exija, controle y cuide a su personal dependiente. Es quien mejor entenderá el escenario. Un ejemplo negativo de esta determinación también se observa en el caso de Marambio: el Jefe de Base (es de Fuerza Aérea) ordenó meses atrás que el Segundo Jefe (de Ejército) tenía prohibido el ejercicio del mando sobre el personal subalterno y que el único autorizado a emitir órdenes además del propio Jefe era el Encargado (también de Fuerza Aérea) que terminó golpeado. Éste último también fue señalado por nuestros interlocutores como "una persona con una forma de expresarse y mandar bastante particular".
A las falencias de organización se le suma un condimento no menor: el salarial. Los integrantes de la Fuerza Aérea son bien representados por sus autoridades en ese sentido, reciben los suplementos de "pase" y "zona". Los demás uniformados no o de manera parcial. Esto lleva a un caso real como el siguiente: un Jefe de Base de Ejército (máxima autoridad del Elemento) cobra por serlo: unos $125.000 de haber básico y $40.000 de antiguedad. Nada más. En la misma Base, su subordinado de menor rango de la Fuerza Aérea (que es un Suboficial) percibe: aproximadamente $110.000 de haber básico, $40.000 de antiguedad, suplemento mensual por "zona desfavorable" de unos $90.000 y un pago único de $600.000 por "pase". Es decir, la priorización salarial está abismalmente invertida en relación a las funciones y responsabilidades, con lo que ello implica en el funcionamiento de una organización, más aún en una donde sus integrantes pasan un año aislados en medio de la nieve, lejos de todos, con inminentes peligros y donde nada debería alterar el orden de lo coherente. Sobre este conflicto, los soldados del Ejército y Armada resaltan que “la situación salarial no es responsabilidad de los que están desplegados, tampoco les echamos la culpa o queremos que les quiten esos pagos a los de la Aérea, sino que le reclamamos a la conducción; que no cumple lo marcado por la Constitución Nacional: ante igualdad de actividad, igualdad de retribución económica”, lo que – según detallan - desencadena en rispideces justamente porque el de menor rango cobra mucho más que el máximo superior y se repite en mandos medios. Esto fue indicado a este medio por personal afectado, que analiza denunciar al Estado por esta irregularidad, aunque ya fue advertido de las posibles consecuencias para su carrera en caso de hacerlo.
Desde el Estado Mayor Conjunto indicaron a El litoral que se encuentran trabajando para que las Fuerzas Armadas igualen esta situación y se giraron misivas alusivas, pero no dieron precisiones de cuándo entraría en vigor ni por qué no se hizo desde un principio y se aplicó el mismo espíritu de conjuntez en los pagos. Sin embargo, en este punto también hubo reacción negativa en los cuadros militares consultados. Ellos reclaman que “tanto el Jefe de Estado Mayor Conjunto como el Comandante Operacional y el Comandante Antártico saben desde hace años de este reclamo y los trastornos que se venían, pero no hacen lo necesario para que todos cobremos lo mismo, por hacer lo mismo”.
A partir de ahora, una denuncia penal y las investigaciones militares librarían los caminos para arrojar responsabilidades formalmente. En Marambio no fue relevado el Jefe como primer autoridad responsable del gobierno local (faltan pocas semanas para el relevo normal estipulado) y tampoco quedaron autoridades para investigar in situ. El agredido es supervisado por los médicos y el agresor buscará justificar su desmedido ataque para evitar ser dado de baja de las filas castrenses.
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