Raúl Stival, vocero de relaciones institucionales de la Empresa Provincial de la Energía, valoró la resolución y la consideró un paso más en una serie de medidas que se vienen adoptando en los últimos años para hacer un mejor uso de los recursos y recordó, por ejemplo, la campaña de distribución de lámparas de bajo consumo llevada adelante años atrás que les permitió entregar 250.000 de esos artefactos. Luego, la tarea de reparto siguió a cargo de municipios y comunas. La estimación es que en el país ya se entregaron 25.000.000 de estas lámparas. La recomendación de la EPE es, al momento de la compra, observar el etiquetado ya que las categorías A, B y C son las que permiten bajar el consumo.
“El consumidor debe observar ante la compra de cualquier equipo que utilice energía eléctrica que con etiquetas A, B y C consume mucho menos que con D, E, y F”, señaló el funcionario santafesino.
Las políticas que comenzaron con lámparas, refrigeradores y motores seguirá en meses más con equipos de música, computadoras e incluso con la recarga de celulares.
Stival señala experiencias muy positivas como la vivida por el Estado de California (Estados Unidos) que con el etiquetado logró bajar un 10% el consumo en refrigeradores. En nuestro país, el masivo uso de lámparas de bajo consumo producirá un ahorro del 3 al 5% de energía, y para hacer cálculos sobre Santa Fe, el vocero recuerda que la provincia tiene el 10% del consumo nacional.
También se avanza en la red de alumbrado público de toda la provincia y con municipios en un mejor uso de los semáforos.
Dos ejemplos más: el cambio en el sistema lumínico del Monumento a la Bandera en Rosario de cuarzo a led significó un consumo diez veces menor “y mejor iluminación”.
Los semáforos con led también consumen diez veces menos y ejemplo de ellos en la ciudad son los de avenida Rivadavia con una luz mucha más nítida que en los aparatos más antiguos y donde el rojo lleva lámparas de cien watt y el amarillo y verde de 60.