La sequía récord que azota a Entre Ríos y la región desde diciembre pasado redujo las reservas hídricas utilizadas para el mantenimiento de la soja sembrada en esa provincia, y provocó la aparición de varias plagas de la oleaginosa, remarcó este viernes la Bolsa de Cereales entrerriana.
Por ello "es imprescindible la ocurrencia de precipitaciones de importantes milimetrajes" para que el cultivo continúe su desarrollo de manera favorable, explicó la entidad.
Si bien en un principio se implantaron cerca de 589.000 hectáreas con soja de primera, el área sufrió una merma de alrededor de 90.000 hectáreas, por lo que se estima una implantación cercana a las 500.000 hectáreas en toda la provincia.
La oleaginosa de este tipo se mantiene desde comienzo de formación de vaina (R3) a llenado de granos (R5).
En tanto, sólo un 15 por ciento presenta una muy buena condición fenológica; el 53% se encuentra con buena condición; un 27% regular y el 5% restante se mantiene en mal estado.
El retroceso de las reservas hídricas impactó "negativamente" en la soja, explicó la Bolsa, ya que se observan abortos de vainas y pérdidas de hojas en el tercio inferior de la planta, síntomas que marcan la necesidad de precipitaciones.
Además, producto de la sequía también se detectó la presencia de orugas, chinches, trips y arañuelas, con fuerte presión de las últimas dos.
El organismo detalló que en la actual temporada se implantaron cerca de 550.000 hectáreas con soja de segunda, labores que debieron detenerse a fines del 2021 producto de la falta de humedad en el suelo entrerriano.
Con "claros síntomas de estrés", el estado general del cultivo de la soja de segunda es inferior al de la de primera, ubicándose entre floración (R1) y formación de vaina (R3).
Asimismo, el 4% presenta muy buena condición y un 35% buena, un 7% menos que 15 días atrás; mientras que el 35% se mantiene regular y un 9% con una mala condición.
Al igual que en el cultivo de primera, hay presión de insectos y plagas, que en ocasiones demanda la realización de controles.
Por otro lado, la Bolsa entrerriana detalló que está cerca de finalizar la cosecha de girasol, donde se sembraron alrededor de 11.000 hectáreas y se espera un rendimiento promedio cercano a los 1.982 kilogramos por hectárea.