Este lunes, arrancó el juicio por el homicidio de Nora Dalmasso (51), con la presencia del único acusado por este hecho, el viudo Marcelo Macarrón (62), quien afronta la imputación por ser presuntamente el autor intelectual del asesinato.
El único acusado por el crimen comenzó a ser juzgado en los Tribunales de Río Cuarto por el asesinato de su pareja.
Este lunes, arrancó el juicio por el homicidio de Nora Dalmasso (51), con la presencia del único acusado por este hecho, el viudo Marcelo Macarrón (62), quien afronta la imputación por ser presuntamente el autor intelectual del asesinato.
Por primera vez no esquivó a la prensa y habló de varias cosas, entre otras la actuación del fiscal que entiende en la causa, Javier Pizarro, a cuyo trabajo tildó de “mamarracho”.
A diferencia de otras oportunidades, no estuvo secundado por su abogado Marcelo Brito, quien lo esperaba en la sala de audiencias. Lo escoltaron sus dos hijos, Facundo y Valentina, defensores de su inocencia a capa y espada.
Macarrón está imputado por homicidio calificado por el vínculo, por alevosía, por precio o promesa remuneratoria. Se sospecha que planificó hacer matar a su esposa mientras él jugaba al golf en Punta del Este porque ella le había pedido el divorcio y no quería dividir sus bienes.
Se supone que contrató uno o más sicarios que no sólo estrangularon a la víctima -con el cinto de su bata de baño- sino que simularon una escena sexual para despistar.
El testimonio más esperado era el del viudo Marcelo Macarrón, quien pidió la palabra para dar su versión de los hechos. Habló poco más de cinco minutos de una manera que no se había visto hasta ahora.
Se “quebró” varias veces durante su testimonio y de hecho, en una ocasión permaneció en total silencio. “Esto ha sido un calvario si no me he suicidado hasta ahora es solo por mis hijos”.
El médico dijo que desde que mataron a su esposa su vida “no tiene paz” y tampoco la de sus hijos. “Hubo días en los que no podía levantarme por la medicación y por lo que pasó”. Remarcó que tanto él como los chicos están bajo tratamiento psicológico por todo lo que les ha tocado vivir.
Insistió en que no es un “empresario poderoso” sino un médico que vive de sus ingresos como un profesional de ese rubro. Y agregó que toda esta situación afectó su desempeño. “Por la medicación sufro de temblores y mi gran pasión que es operar no puedo hacerlo solo, necesito asistencia de otra persona”, agregó.