Argentina presumió, alguna vez, de tres submarinos en su flota naval. Sin embargo, la continua desinversión militar a partir de 1983 desencadenó en el extremo opuesto en 2017. El 15 de noviembre de ese año, el submarino ARA San Juan desapareció. 367 días después se supo que había naufragado por una falla en las baterías y toda su tripulación había fallecido en su interior.
“Pensamos que recién dentro de diez años podemos llegar a tener de nuevo un submarino operativo” explica a El Litoral una fuente castrense autorizada. Dice que esa es la principal expectativa, porque “lo que tiene que ver con invertir en salarios y equipos de uso corriente está frenado”. Por eso, detalla que “el ministro de Defensa ya viajó a Alemania y Francia para visitar astilleros y ver ofertas con una comisión de marinos”. Sucede que la Armada elevó hace un tiempo una serie de propuestas o sugerencias de vendedores en el mercado internacional. Ante eso, el Poder Ejecutivo está en el proceso de determinar qué tipo de submarino busca, cuál en específico se ajusta a nuestra realidad nacional y con qué país realizar la transacción.
Para los militares, un submarino es “un arma estratégica y una capacidad que Argentina perdió como nación soberana”. Ante eso, trasciende en los pasillos que el gobierno buscaría comprar el Tipo 209 de Alemania. Es similar al ARA San Luis que intervino bajo bandera argentina en la guerra de Malvinas. En aquel momento tuvo varias fallas en sus comandos, pero logró estar varios días dentro del teatro de operaciones sin ser detectado.
También se dice que ejemplares submarinos “Scorpène” italianos podrían sumarse a la flota nacional. Técnicamente, en comparación, tiene igualdad de ventajas y desventajas respecto al otro modelo analizado. Tanto estos buques, como los alemanes, son similares a los que componen las fuerzas de mar de Chile y España, entre otros países.
El entrevistado señala que “el ministro Taiana anunció hace varios meses que antes de fin de año iba a estar lista la propuesta definitiva para avanzar con el proyecto, pero hasta ahora no hubo avances pese a su gira por Europa”. Cabe señalar que, una vez elegido el más conveniente, comenzará otro camino para lograr el financiamiento y fuentes de inversión para cubrir los gastos de compra. “El FONDEF no logra por sí mismo cubrir una adquisición de esta índole”, dice. Un solo Scorpène ronda los U$D 600 millones y hasta podría requerir el aval del Congreso de la Nación para librar los fondos necesarios.
Según lo explicado a El Litoral, tampoco está definida la cantidad de buques que se comprarían. Sin embargo, se puso sobre la mesa lo imperativo de que sean nuevos y la posibilidad de que sean ensamblados en nuestro país para abaratar los gastos de traslado y la mano de obra extranjera.
Actualmente, para la instrucción de los submarinistas argentinos, la Armada sólo cuenta con el ARA “Salta” que está fuera de servicio y es clase 209. Está anclado en Mar del Plata y en su interior se ejercitan los marinos argentinos, que viajan a Perú para poder perfeccionarse, recibir instrucción en movimiento y simular ejercicios de guerra real. En Argentina es imposible por la ausencia del equipamiento y armamento necesario.
En medio del largo camino de reequipamiento, las familias de los 44 héroes esperan que la Justicia avance. Una madre comentó a este medio que hace varios meses que no recibe comunicación alguna de la Justicia o del ministerio de Defensa. Tampoco movimientos en los expedientes que buscan otorgar responsabilidades por la tragedia. No es menor resaltar que no se peritaron piezas encontradas, ni tampoco se analizaron las imágenes obtenidas de las filmaciones submarinas. “Mi hijo amaba lo que hacía, quiero que alguien pague por cómo terminó y que su muerte no sea en vano”, reclama.
Este 15 de noviembre, unas 300 personas se reunirán en la base de Mar del Plata – donde estará también el ministro Jorge Taiana - para participar de una misa a las 17 y pedir por el eterno descanso de la tripulación que yace en el mar. Lo mismo ocurrirá en todas las áreas navales de esa Fuerza, en señal de respeto y agradecimiento a aquellos camaradas caídos en el ARA San Juan.
Cinco años después, las familias aún esperan una explicación. Las tropas, por su parte, material al nivel de su voluntad de servir a la Patria en defensa de la soberanía nacional, como sus pares fallecidos. Ellos destacan que “reclamar reequipamiento no es una cuestión caprichosa, ni mucho menos rencorosa: nuestra incapacidad de mínimamente disuadir nos lleva a una indefensión total de nuestros recursos, como ocurre en las costas con los pesqueros extranjeros, que no tienen barrera alguna a la hora de llevarse gran parte de nuestra fauna ictícola”.