Lía Masjoan | [email protected]
La disputa política por el costo del alumbrado público está en su punto más álgido. Cada parte defiende sus propias estimaciones y no se han sentado a discutir foco por foco. ¿Será necesario un nuevo estudio de la UTN?
Lía Masjoan | [email protected]
Durante 22 años, los vecinos de la ciudad de Santa Fe pagaron directamente a la EPE el servicio de alumbrado de las calles y espacios públicos. El monto particular representaba una proporción del consumo que registraban como usuarios particulares y significaba entre un 8 y un 12 por ciento del importe total de la factura que recibían bimestralmente.
En un gesto de colaboración con las políticas energéticas que lleva adelante el presidente Mauricio Macri, el intendente José Corral -principal socio político de Cambiemos en la capital provincial- eliminó esa Cuota de Alumbrado Público (CAP). Así, desde abril, ya no son los vecinos los que pagan por este servicio, sino el propio municipio. Corral lo resolvió de modo unilateral, e intempestivamente lo anunció a los vecinos, antes que a la empresa, al Concejo Municipal y al propio gobierno provincial.
A la EPE no le quedó más remedio que eliminar la CAP de las facturas ¿Cómo decir que “no” a una medida que implica para los vecinos un ahorro de alrededor del 10%, en medio de una escalada de aumentos de tarifas? Pero Maximiliano Neri, titular de la EPE, le devolvió el mismo (des)trato: esta semana lo citó a una reunión, y horas antes del encuentro le hizo llegar a Mesa de Entradas de la Municipalidad las facturas de abril y mayo. Casi millones en total, lo que a Corral le pareció “un disparate”.
El intendente esperaba que lo dejasen participar de la definición de los números, que hasta el momento no están claros, y para eso había pedido una reunión técnica. Nada de eso pasó. Enojado por la “prepotencia” y la falta de “vocación de diálogo” de la EPE, faltó al encuentro y se quejó públicamente de que “nos quieren imponer que consumimos un 65% más de lo que dicen nuestros estudios técnicos”.
El último estudio serio que relevó la cantidad de puntos de luz de la ciudad (27.711) y la potencia instalada (8.843 kw) data del año 2008 y lo hizo la Universidad Tecnológica Nacional. Estimando unas 10 horas de encendido por día (valor aproximado entre verano e invierno), en aquel momento se consumía mensualmente 2.652.900 kw hora, es decir 32.276.950 kw-h al año. Ahora, en una de las facturas que la EPE envió al Municipio, estimó un consumo mensual de 3.925.770 kw hora, que anualizado es de 47.109.240 kw-h, casi 15 millones kw-h más que hace 10 años. Además, le puso precio al kw-h: $ 2,273. Ésos son los datos principales con los que se hizo el cálculo final.
Pero quedan muchos puntos oscuros: ¿cuántas luces más se conectaron en la última década? ¿cuántos focos de vapor de sodio o de mercurio halogenado se cambiaron por los led? ¿qué ahorro implica esto? Cada parte tiene sus estimaciones, pero el dato preciso se desconoce y, por el momento, cualquier estimación parece caprichosa. Algunos concejales de la ciudad ya pidieron que se realice un nuevo estudio técnico para salir de la encerrona y transparentar los números, que hasta ahora son meras aproximaciones. Demandará meses de trabajo y dineros públicos para costearlo, pero parece ser el mejor camino para zanjar la disputa política y evitar que todo quede en efímeros titulares de diarios. O en una millonaria boleta de luz impaga. De todos modos, el bolsillo de los vecinos ya lo agradece.