La primera declaración de la ministra de Educación de Santa Fe ante los tristes resultados de las pruebas Aprender atribuyó responsabilidades a la desinversión educativa nacional y, cómo no, a la pandemia.
La primera declaración de la ministra de Educación de Santa Fe ante los tristes resultados de las pruebas Aprender atribuyó responsabilidades a la desinversión educativa nacional y, cómo no, a la pandemia.
Es cierta la desinversión en educación del gobierno nacional, pero lo que omite ese señalamiento es que en Santa Fe, a pesar de esa situación, el presupuesto en educación, impulsado por el gobernador Hermes Binner y sostenido por Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz se mantuvo entre los más altos del gobierno provincial.
Solo para mencionar el caso de 2018, el presupuesto nacional para la educación de Santa Fe fue de 8.315 millones, mientras que el presupuesto provincial fue de 29.335 millones de pesos. Efectivamente: la provincia invirtió en educación casi cuatro veces más que lo que recibió de Nación. Y con ese presupuesto, la provincia se posicionó como una referente en la educación nacional.
Referente en política de bienestar docente, porque se incrementaron salarios docentes por encima de los índices inflacionarios, ubicándose entre los más altos del país. Y por las inéditas mejoras en las condiciones de trabajo, incluyendo la formación gratuita, en las propias escuelas.
Referente en la expansión del sistema educativo. En 10 años, desde el Frente Progresista, creamos más de 5 mil cargos y 150 mil horas cátedra, para abrir nuevas escuelas y ampliar las jornadas escolares. En lo que va la gestión educativa de Perotti- Cantero, solo se crearon 556 cargos docentes, 513 cargos de asistentes escolares y 23.561 horas cátedras en todos los niveles educativos, según el discurso que el propio gobernador dio el pasado 1ro de mayo.
Con el esfuerzo presupuestario de la provincia, en 10 años de gobierno del Frente Progresista, construimos 107 edificios nuevos, sin contar las ampliaciones, refacciones y permanentes reparaciones. En lo que va de la gestión Perotti Cantero, finalizaron 7 jardines, 10 escuelas y 3 institutos superiores, que dejamos en ejecución avanzada en 2019.
Con ese presupuesto, y fundamentalmente con iniciativa política y diálogo con la comunidad educativa, diseñamos y llevamos adelante programas propios de la provincia de Santa Fe. Solo por mencionar los específicamente pedagógicos, pensados para fortalecer la enseñanza de lengua, matemática y ciencias, editamos y entregamos a los y las estudiantes 600 mil libros clásicos de la literatura universal y latinoamericana, llevamos adelante iniciativas aplicadas de alfabetización digital y audiovisual, Comunidades de Aprendizaje, Eureka y EduFest, para el aprendizaje de las ciencias, Núcleos Interdisciplinarios de Contenidos, para aprender de manera integral y no escindida.
Es cierto también que la pandemia tuvo un gran impacto en la educación, y por eso desde el primer momento, desde todo el arco político de la Cámara de Diputadas y Diputados de Santa Fe, propusimos centenares de iniciativas para acompañar la gestión de educación en este contexto tan crítico. Y sin embargo, ninguna propuesta fue tomada.
Los y las docentes se sintieron en soledad con este gobierno, haciendo lo que podían, del modo en que podían, haciendo malabares entre circulares inoportunas, redactadas desde un escritorio a puertas cerradas. La soledad es precisamente eso: la falta de escucha, la falta de acompañamiento en territorio, en un momento crítico; la falta de políticas educativas y de inversión.
Quien lidera las políticas educativas no puede delegar la responsabilidad de llevarlas adelante, ni mucho menos esquivar los resultados, evidentes y lamentables. Lo veníamos advirtiendo: la falta de presupuesto y de iniciativa política tienen su impacto en el aprendizaje de nuestros niños, niñas y jóvenes, y los empujan a retroceder. Y eso dicen las pruebas.