Por Juan Cruz Giménez y Juan Walpen
Por Juan Cruz Giménez y Juan Walpen
En el año 1922 quedó inaugurado, no casualmente frente al palacio legislativo, el Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, el que respondía -tal como vimos en la entrega anterior dedicada a este tema- a las exigencias del mecenas Martín Rodríguez Galisteo, a los fines de consagrar un espacio público diferenciado de consumo y circulación de arte en crecimiento, que deja atrás los circuitos estrictamente privados.
En forma conjunta a la inauguración del edificio se realiza el Primer Salón Anual Nacional, en dónde se exhibieron obras de Decoroso Bonifanti, Antonio Alice, Pío Colivadino, Juan Cingolani, Josefa Díaz y Clusellas y algunas de las obras de la colección particular de Martín Rodríguez Galisteo (que también forman parte de la donación) entre las que se encuentran las firmas de Burnand, Denet (premiadas en el Salón de París 1904), Armenise y Cano, entre otras obras de autores europeos adquiridas en los numerosos viajes que realizara a las principales ciudades europeas.
El referido salón, salvo en los años 1923 y 1926, en los que no se realizó por cuestiones presupuestarias, se realiza de manera ininterrumpida y en 2023 se realizará su edición número 100. Salón que ha premiado a autores como Berni, Fontana, Spilimbergo, Fader, homenajeados como invitados de honor a Quinquela Martín, Forte, Victorica, Quiros, Del Prete, por solo mencionar algunas de las referencias principales.
En este sentido, como ha señalado G. Gluzman (2019) el primer salón tuvo características que la diferencian nítidamente de los salones posteriores. "No se trató de un salón abierto a los envíos de artistas argentinos o residentes en el país, sino de una modalidad peculiar, escogida para inaugurar el Museo." En este contexto, dos artistas fueron especialmente invitados al evento: Decoroso Bonifanti (1860-1941) y Antonio Alice (1886-1943), vale señalar que "Visión de paz" de Bonifanti y "San Juan Bautista" de Alice fueron las dos primeras adquisiciones de obras de arte para el museo, efectuadas directamente por la provincia y pagadas en igual forma.
En sus ediciones posteriores, el salón anual - entendido éste como espacio y momento estratégico de visibilidad y legitimación de un campo artístico carente de canales de expresión- fue el principal mecanismo de incorporación de obras al patrimonio y es de suma importancia investigar su evolución a la hora de hacer inteligible el discurso del museo: los cambios de categorías participantes, los invitados de honor, los premios especiales, el premio adquisición (a partir de 1931).
En esta perspectiva es que se interpreta la figura de Horacio Caillet Bois, director del museo desde 1922 hasta 1958, en un contexto en donde el arte (y el campo cultural) como campo autónomo nació y se institucionalizó hasta ganarse un lugar en la órbita del Estado provincial (en particular en la ciudad capital y su zona de influencia). Además de director, Caillet Bois fue interventor en 1931 de la Municipalidad de Santa Fe, creador y organizador de la Dirección General de Bellas Artes, Museos y Archivos de la provincia en 1944. La consistente carrera y administración de Caillet Bois en el museo, permite dialogar con espacios complementarios y tradiciones eclécticas que son objeto de análisis.
En este sentido, el intelectual y referente político se incorpora como miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes y director del Teatro Colón en 1949, fue promotor de la creación de la Escuela Superior de Música y Canto de la Universidad Nacional del Litoral (actualmente Instituto Superior de Música). La ampliación edilicia del museo (1936-1944), cuyo resultado es un imponente monumento público, habla a las claras del lugar que ha logrado ocupar el museo, el arte y el campo artístico (y cultural) en la agenda gubernamental de la provincia.