Lic. Raúl Ochoa y Gómez (*)
Lic. Raúl Ochoa y Gómez (*)
El ascenso vertiginoso de Bitcoin ha hecho que inversionistas de todo tipo lo hagan difícil de ignorar. Sin embargo los economistas no tienen una opinión unánime sobre las grandes ganancias que ha dado en los últimos años.
Para definir de manera sencilla qué es el Bitcoin, diremos que es una moneda virtual producida por la generación de bloques de red, profundos cálculos diversificados y tiene un precio que viene determinado por la confianza, la oferta y la demanda.
Pero... ¿qué es lo que los hace tan interesantes? Bueno, sus números no son malos, ya que su precio creció un 40% en lo que va de 2021, y más del 500% en los últimos dos años. Pocas empresas logran ese número, y casi ninguna sostenerlo en el tiempo. Esto generó un estímulo fuera de lo común en la demanda, convirtiendo al Bitcoin en la "nueva burbuja" del siglo XXI.
Las burbujas ocurren cuando la regulación financiera y las instituciones han sido deliberadamente debilitadas y permiten que la ilusión y las expectativas irracionales se apoderen del mercado.
Algunos ejemplos de burbujas ocurridas en el último siglo son: 1) El crack en la bolsa de Nueva York en 1929 producto de la imparable fiebre especulativa; 2) La caída de las empresas ".com" cuando a finales de los años 90 el valor de algunas firmas tecnológicas llegó a niveles astronómicos, pese a que no tenían ingresos reales; y 3) La crisis de hipotecas o subprime ocurrida la década pasada cuando los deudores de los créditos no pudieron pagar y los precios de las viviendas se hundieron, al tiempo que millones de personas perdieron sus casas, provocando caídas estrepitosas en la bolsa, bancos y sistema financiero en general.
¿Es posible comparar estas situaciones históricas con la burbuja económica del Bitcoin?
Obviamente sí. Lo que está sucediendo en este preciso momento, es una sobrevaloración provocada por la alta inyección de dinero producto de una demanda irracional por un bien, que a fin de cuentas es una distorsión de la realidad. Y como tal, tarde o temprano será corregida por el propio mercado.
En resumen, los hechos están a la vista y son un claro ejemplo de la burbuja que está sufriendo la economía global. El precio del bitcoin está altamente sobrevalorado, pero su continuo crecimiento hace invertir a ahorristas con números que son tan tentadores como irreales. Es como una pequeña esencia del sistema Ponzi.
Lo anterior expuesto no hace más que dejar en evidencia la falta de sustentabilidad que tiene esta moneda. Solo hace falta un cambio en las expectativas (desconfianza) y terminar con la ceguera para que la gente se percate de la burbuja. Una fuerte crisis, mala publicidad o incluso una regulación estatal, apuraría la explosión de la bomba.
Hace ya un siglo, John D. Rockefeller dijo: "Cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo", lo que John estaba diciendo es que, cuando la mayoría de la gente que no está acostumbrada a invertir, invierte en un bien X (sea lo que sea) y habla del tema como si llevaran toda la vida haciéndolo entonces es muy posible que estemos ante una burbuja en el bien X, y de ser así estaríamos en un momento muy malo para comprar y muy bueno para vender.
(*) Economista