Por Betina Florito (*)
Por Betina Florito (*)
Fue sobre fines de 2020, año de la irrupción de la Pandemia de Coronavirus en el mundo entero, que el Gobierno Nacional, a través de una disposición del Ministerio de Educación y el Consejo Federal de Educación, anunció el pase automático de grado para todos los alumnos de escuelas primarias argentinas. Luego, en 2021 se dispuso que los alumnos de escuelas secundarias puedan promover una materia con un solo trimestre aprobado. También que puedan pasar de año hasta con 6 materias previas. A eso se sumó la supresión de calificaciones numéricas, de las mesas de exámenes, entre otras medidas que considero desacertadas, ya que comprometen el futuro de los chicos. Pero no podemos poner el foco en la Pandemia, porque fue una situación excepcional y los docentes y estudiantes vienen padeciendo las consecuencias de una educación empobrecida hace mucho tiempo. Debemos devolver a la educación el lugar de importancia que tiene para promover un futuro de oportunidades. Desde nuestro espacio estamos convencidos que esto es el resultado del fracaso escolar; como se dice comúnmente: "nivelar para abajo".
Año tras año vemos cómo el sistema educativo pierde calidad en cuanto a los contenidos pedagógicos. No debemos bajar el nivel y la exigencia. La función principal de la educación es la adquisición de competencias y conocimientos. Jóvenes culminan el secundario, que no es menor que sea obligatorio en nuestro sistema educativo, sin las herramientas necesarias para afrontar estudios terciarios y/o universitarios. Y lo que podría ser peor, no están tampoco preparados para enfrentar el futuro laboral. Tradicionalmente decimos que, sin dudas, los niños, adolescentes y jóvenes son el futuro. Es por esto que necesitamos que estén preparados para lo que vendrá y para que puedan afrontar sus obligaciones. Es deber del Estado brindar educación de calidad. Y un derecho de todos. La educación debe garantizar el logro de los aprendizajes. Hoy suena a slogan la frase: "promover la igualdad de oportunidades". Para esto hay que reconocer la diversidad de los estudiantes, y ofrecer apoyos diferenciados para lograr objetivos educativos de modo que sean equiparables para todos.
No debemos privar a los chicos de la única oportunidad que tienen para salir adelante: la escuela. El lugar donde la igualdad de oportunidades es justamente que todos aprendan a leer y escribir, a comprender un texto, que desarrollen un pensamiento crítico, que puedan analizar situaciones problemáticas y que puedan expresar su opinión. La calidad educativa está en plena decadencia. El 30 de noviembre de 2021 se conoció un estudio que fue llevado a cabo en 2019 por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), realizado por la Oficina Regional de Educación para américa Latina y el Caribe de la Unesco, donde se evaluó el desempeño en Lengua, Matemáticas y Ciencias Sociales de estudiantes de 3° y 6° grado de 16 países de América Latina y el Caribe. Ese estudio demostró que la Argentina está por debajo del promedio regional en cuatro de las cinco evaluaciones. Además en comparación con el 2013, momento en el que se hizo la evaluación por última vez, la Argentina cayó en casi todos sus resultados: la única excepción fue la prueba de lectura para los alumnos de 6°, en donde obtuvo la misma calificación.
Por eso estamos convencidos de que nuestro futuro necesita más calidad en lugar de caridad educativa. Porque en educación no estamos siendo solidarios con un estudiante si le facilitamos el pase de año, aunque no haya alcanzado los objetivos curriculares y pedagógicos. Existen múltiples factores que inciden en la calidad educativa. Además de la pedagogía, que se relaciona a cómo se educa, influyen cuestiones como el tipo de contenidos, las instalaciones donde se enseña, el aula o salón, el edificio de la escuela, el comedor, y otras.
Una buena calidad educativa se alcanza cuando los procesos satisfacen las necesidades del individuo y de la sociedad en general. Esto se logra si los recursos son suficientes y además están aprovechados de manera adecuada para que la educación sea equitativa y eficaz. Creemos que la educación necesita más calidad educativa, definida como la construcción colectiva de saberes socialmente relevantes que ponen énfasis en el proceso de formación de nuestros alumnos.
Como sociedad estamos atravesando momentos de profunda crisis económico-financiera, crisis institucional y de inseguridad, que nos generan una inmensa incertidumbre. No podemos dejar pasar por alto lo que sucede con la educación. Tenemos que tener una visión de largo plazo para alcanzar una calidad educativa que se adapte a los nuevos requerimientos. Por eso, nuestro futuro necesita más calidad educativa.
(*) Diputada Provincial. Presidenta Bloque Somos Vida Santa Fe/Unite
No podemos poner el foco en la Pandemia, porque fue una situación excepcional y los docentes y estudiantes vienen padeciendo las consecuencias de una educación empobrecida hace mucho tiempo. Debemos devolver a la educación el lugar de importancia que tiene.
Estamos convencidos de que nuestro futuro necesita más calidad en lugar de caridad educativa. Porque en educación no estamos siendo solidarios con un estudiante si le facilitamos el pase de año, aunque no haya alcanzado los objetivos curriculares y pedagógicos.