Por Lic. María Claudia Pettinari (*)
Por Lic. María Claudia Pettinari (*)
Este 11 de septiembre de 2024, al cumplirse el 136° del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, queremos recordarlo por su legado vigente, “… la lucha…” tal como expresa la letra del himno creado en su honor.
Más allá de la controvertida personalidad de Sarmiento, es innegable que su palabra, sus decisiones y principalmente sus acciones, fueron el motor de la transformación de la realidad de su época. Una realidad que desde muy niño le fue adversa, pero que se empeñó en convertirla, en transformarla para que en el futuro fuera promisoria para todos los habitantes de nuestra Patria.
Para él todo partía de la educación como factor de progreso y camino hacia la libertad, el progreso y el ascenso social. A partir de esa premisa, trabajó siempre para concretar en el país innovaciones tecnológicas, que lo habían sorprendido en sus viajes, principalmente por Europa y Estados Unidos. (1845-1848) Allí fue testigo de los avances del progreso, y soñó en traer esa realidad al país. Se propuso dicha tarea de la mano de los científicos y de los ingenieros. Para él, personalidades de la talla de Benjamin Franklin, Charles Darwin o Samuel Morse eran ejemplos a imitar. Había conocido el telégrafo en Francia y comprobó su utilidad cuando visitó Estados Unidos; se maravilló por su expansión. Entendió que debía replicarlo en Argentina. “Diez mil millas de telégrafo se realizan en un año. Así se progresa”, escribía.
Años después, 1865, ya siendo ministro del gobierno de Bartolomé Mitre, Sarmiento viaja a los Estados Unidos nuevamente, y allí conoce al astrónomo Benjamin Gould. Este le manifiesta su interés en realizar una expedición a nuestro país para explorar el cielo austral. Es un encuentro afortunado, pues durante este período, y a pesar de tener que afrontar numerosos conflictos internos, incluso la guerra con el Paraguay, logra que se dé un fuerte impulso a la organización institucional del Estado, a la justicia y a la educación. Sarmiento, al suceder a Mitre en la presidencia, (1868-1874) continuará con esa política de crecimiento; la que no se detendrá y será a través de la ley N° 322 del 11 de septiembre de 1869, que se creará la Academia Nacional de Ciencias, solo seis años después de la norteamericana. Tenía entonces la responsabilidad de formar profesores en ciencias naturales y exactas, además del desarrollo de la investigación científica. Los primeros docentes fueron extranjeros, en su mayoría alemanes.
"Es anticipado o superfluo, se dice, un observatorio en pueblos nacientes y con un erario o exhausto o recargado. Y bien: yo digo que debemos renunciar al rango de nación, o al título de pueblo civilizado, si no tomamos nuestra parte en el progreso y en el movimiento de las ciencias naturales".
Así se expresaba el 24 de octubre de 1871 el presidente Domingo Faustino Sarmiento, al inaugurar oficialmente el entonces Observatorio Nacional Argentino. En 1872 y en una dependencia del observatorio, y también a instancias de Sarmiento, se instalaba la Oficina Meteorológica Argentina. Fue la primera en América del Sur y la tercera en el mundo, detrás de Hungría y Estados Unidos.
El historiador Marcelo Montserrat mostró en sus trabajos cómo la elección de Sarmiento en favor de las observaciones astronómicas no sólo apuntaba a una necesidad de desarrollo científico en estas latitudes; la astronomía en ese tiempo histórico representaba la apuesta por el progreso; era la que “marcha al frente de las ciencias naturales” (en palabras de Avellaneda, durante el debate parlamentario sobre la creación del Observatorio).
Sarmiento siempre, tomó partido por lo nuevo, por la ciencia y el progreso para todos. Supo liderar el progreso, saltar por encima de las críticas y proponer programas de desarrollo que, antes y después de su gobierno, mantuvo en su integridad y potencia constructiva. Siempre fiel a su idea de que había que “educar al soberano…” para promover cambios, procurando el progreso económico; y así modelar una nueva sociedad, más libre y más justa. Este legado de Sarmiento sigue vigente…
(*) Presidenta de la Asociación Civil “Instituto Sarmientino de Santa Fe”
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